Teatro / Críticas

Teatro / Críticas (208)

Es un vomito. Lo lanzan con la misma violencia que sienten les llega desde afuera. Impetu que los constituye como sujetos anclados en un lodo que los domina. “Todo Piola” tiene la desmesura como ropaje. Es lo que habita a dos tios del conurbano bonaerense. Ellos hablan desde Caseros o desde Lomas. Están en el fondo. Son los Nadies de Eduardo Galeano. Lo saben. Pero eso no los posiciona en inferioridad. La humanidad que los habita es un fuego con la que combaten un sistema que los destruye. Con la misma nobleza que se debaten, es la misma dignidad con la que se presentan en el escenario. Están vestidos de futbolistas. Su hablar es unidimensional. Es llano aunque auténtico. No hay mas poética que el tormento que los corroe. No obstante no han perdido la frescura en su impronta. Desde su prisma canalizan y le ponen palabra a ese dolor que los domina. Esto aún siendo sustancial no es lo medular en la obra. Lo que “Todo Piola” posee como sustancia es la pureza con la cual la pieza se planta. En su dispositivo escénico el escenario desnudo, llena la pieza. Tanto como las sombras y ese mar de significados…
Tensos. Así están. Reactivos. Así se vinculan. Desconectados. A pesar de la fuerte vinculación.El ropaje urbano de estos cuatro personajes tiene sustancia al nihilismo como compañero, también la fragmentación interior y una la sustancia singular que articula sus universos: la ausencia mística. La orfandad que los habita se los come. En el mientras tanto se quieren -por eso se aporrean- aunque no sepan como transferirlo.  La obra de Lorena Romanin es un fresco post-moderno. Los cuatro protagonistas se vinculan horizontalmente. Se fagocitan entre ellos cual pacman devorando todo a su paso. La pirotecnia verbal es pujante. No hay verticalidad que les permita detenerse y anclarse para preguntarse que les pasa. La obra se corre de ese lugar y juega a ser circular. Como ese gigante rueda que los abastece y que al mismo tiempo actúa como interpelador del público. Aquí sucede algo paradójico y sustancial de la pieza: lo circular de sus tiempos no concuerda con esa flecha hacia adelante con que se concibe mayormente el tiempo en occidente. Ese concepto Maya (circular) sobre que el tiempos es cíclico no parecen advertirlo estos personajes en  la construcción de sus subjetividades. Están disparados hacia adelante (flecha del tiempo) y nada los…
Esta materializada en un lugar que los define cabalmente. La resbaladiza situación los gobierna y domina por completo. El desierto interior es tan enajenado como la distopia que los carbone desde afuera. Su edén es una tierra de lo imposible. Sueñan con una redención de un presente que se derrite a su paso a cada instante. Sin embargo, se debaten por una quimera en búsqueda de una redención que los deposite en un escenario mas amable que el que los "contiene".    Son tres mujeres. Están en un casa atiborrada de objetos. Se le suma un hombre que representa su redención. Otro hombre que es quien debe trasladar este potencial a los hechos aparece como un vendaval en escena. Los cinco personajes estaran enredados en una situación especial cuyo geométrico andar esta corrido de eje. "Alfa" esta narrada de manera no lineal poseyendo un sin fin de peripecias. Su ropaje es rugoso, bellamente complejo, oblicuo en su planteamiento y con una intensidad a prueba de balas. La composición de lo dicho es áspero. Lo no dicho (lo que sugiere) es robusto, fuerte y adquiere durante la pieza una poética vital para darte sustancia a la trama.     El hombre…
Se presenta como un sol. Se planta con una presencia que imanta. Subyuga con un decir que invita. Su candidez es tal que el viaje que propone se presenta libre, despejado y con un buen pronóstico.  Melina esta sentada. O parada. O caminando. O cerca. O lejos. Pero siempre sola. Mejor dicho esta con el público. Habla a la cuarta pared que despedaza desde el vamos. Su mirar conmueve. La inmensidad de su conexión con la platea es colosal. Habla de su vida. De sus periplos por el mundo. Parlotea de aniversario, su cumpleaños, su happy b-day. Narra sobre su oficio. Al instante rompe la convención. Hace un cambio de frente invitando a una sinapsis inmediata.  La joven actriz articula su cuerpo con una plasticidad admirable. Su eje interno esta ensamblado con el exterior con un sinergia poderosa. Su mirada interior tiene introspección, viaje de varias millas y una ilustración que no va (solo) de libros. Posee un cuerpo que ama y que respeta. Cuerpo que tiene sudor aquilatado y una piel sobre la cual pasan sensaciones fuertes y de las otras también. Ellas se proyectan a la platea a través de una brisa cálida que genera su vigor escénico. …
Después de casa de muñecas de Lucas Hnath, dirigida por Javier Daulte en el Paseo la Plaza, retoma evidentemente el texto de Henri Ibsen Casa de muñecas. El abordaje a esta obra no pretende ser una adaptación de la misma sino una reflexión acerca del personaje de Nora 15 años después. Con una escenografía que emula un estrado, que simula un juicio, el de Nora, el/la espectador/ra puede ver desde dentro de la puesta o en las restantes butacas del Paseo La Plaza la posición que tomó la protagonista y el impacto que esto produjo en la que era su familia. La obra y su puesta no pretende posicionarse de un modo taxativo en la postura feminista sino que deja entrever y debate con el discurso patriarcal. A su vez los personajes y las personajes inmerso/as en el sistema del patriarcado se postulan como sujeto/as arrojado/as a la estructura. En este sentido no se demoniza la postura de aquello/as, sino que se la repiensa desde el viraje ideológico que propone una Nora renovada, dueña de su vida, profesional y escritora feminista. La puesta y las actuaciones de Paola Krum, Jorge Suarez, Julia Calvo y Laura Grandinetti brindan estos diferentes aspectos…
La soledad la consume. El hastío propio y de cuanto la rodea la desborda. Su ideario de vida se ha hecho trizas. Su dogma la tiene aprisionada. Solo se comunica con su madre quien con mas deportividad le hace slalon a la realidad que las rodea. La insistencia de su progenitora da resultados cuando la joven accede ir a una clase de un instructor de yoga. Allí comenzara la obra a interconectar un tsunami de situaciones que se arquean en el aire para armar un puzzle de situaciones tan disparatas como entretenidas.“La Respiración” esta atiborrada de palabras. La pieza tiene su eje en dos placas tectonicas bien delimitadas. El dogma de una mujer sociedad costumbrista que es devorada por la angustia y la melancolía. Por el otro lado, ese costado que el positivismo de la sociedad contemporánea explota con la plasticidad de un orfebre: lo Pop- lo UP - lo de romper tabúes - de esconder la tristeza y-o tortedad - de la acción por encima de laintrospección-contemplación - La obra de Alfredo Sanzol tiene una magistral destreza (dirección de Lautaro Perotti) - esa marca tal bien articulada y patentizada por Claudio Tolcachir-, que es la naturalidad en los diálogos.…
Lo hizo de nuevo. Lo genera con la misma intensidad y con esa impronta tan furiosa que tiene aquello que es poético. Lo cautivamente sin embargo no es ello que de por si es genial. Lo que conmueve es que la pieza aún siendo la misma ha mutado por otra. Ha pasado un año y la obra emerge con una vitalidad que (te) desarma. "Ninfa" va de 4 mujeres (Daniela Garcia, Pamela Melina Juri Dayan, Natali Lisman, Marisol Moreira), que no utilizan la palabra para desandar su furioso andar. La palabra, tan gastada, ¿para que usarla?. El vibrato que gritan los cuerpos es un cross a la mandíbula El paradigma con que el hombre ilustrado construye su realidad a diario queda en off side. Esa moral, que huele mal, esta fuera de esta pureza con la cual esta pieza esta construida. La música (Dylan Lerner) pega en el pecho, abre un surco y por ese camino nos lleva de viaje. La textura es distinta a su génesis aun siendo la misma. O es al revés. Que importa. Lo que nos fascina es que esta joya te saca de ese parloteo que nos aturde a diario. Las cuatro fieras están sueltas…
 Sola. Inundada de nostalgia. Con la pena como compañera. Con el dolor como bandera. Así transita el tiempo Carmen. Con su faro mirando al pasado, que sigue pasando a cada inhalación. Ella esta con el recuerdo a flor de piel. Es lo único que tiene. ¿Y que es la vida sino estar habitado por el afecto de a quienes se ama ?. Carmen no tiene ni a su hija ni a su nieta consigo. Se han ido. Las han "ausentado". Su alma esta ajada. Ello se evidencia cuando las palabras turco y armenio son verbalizadas y la obra cristaliza la medula espinal de la trama. Lo hace con cordura, con entereza y alli radica su estatura ética. Su imperativo es dejar ese legado que lleva en sus entrañas, en su piel, en su espíritu, en su sangre, en su ente.              Merceditas Elordi (dramaturgia y actuación), compone un soberbio unipersonal por la gran paleta de colores que habitan en Carmen. La bella atmósfera que se genera en la obra es producto de la profusa naturalidad que tiene su composición. Sutil en matices. Provista de una fiereza domestica al son de dulzura que atiza su singularidad.…
 Distinta. Original. Sin pose. Con el coraje como bandera. Con la fuerza de aquello que esta soterrado y debe ser puesto en superficie. ¨Conejo blanco, conejo rojo¨, es el grito de un poeta que de manera metafórica narra el sopor que se ha colado en sus huesos, sangre y en su alma.                            Nassim Soleimanpour es un joven dramaturgo (talentoso) originario de Iran. Nació a comienzos de los años 80 y le ha tocado experimentar sus días con dos miradas. La que absorbe análogamente a diario en su país y la que virtualmente recibe desde afuera de su tierra persa. Esa perspectiva que le dan el universo de internet le permite interpelarse-nos y a la vez proclama un ensayo filosófico.           En esta sutil y brava obra NS, utiliza como disparador de la obra, un recuerdo que le ajo el alma desde su niñez. Un familiar realizo macabros experimentos con conejos y ese elemento es constitutivo de la pieza. Ello es utilizado por Nassim como símbolo para dar cuenta la textura política y cultural que se absorbe en su tierra.             La obra de una hora de duración tiene rasgos particulares. El primer gran logro es que su impronta…
Allí están están ellas. Aturdidas. Interpeladas. Un indómito río las tiene sin cuartel y con la misma bravura verbalizan sus dolores. Cuatro jóvenes mujeres construyen su subjetividad enmarcadas con las problemáticas de un país como Argentina, con los sueños de trascender en el arte, con el encono que les provoca la propia competencia y con el mercado que le muestra sus garras a cada paso.                El colór rosa de la puesta pareciera jugar con una feminidad que sus cuerpos tensos y vigilantes parecieran desmentir al son de la masculinidad que propone el actual mundo de corridas y pulsiones diarias. Esas de que hablan de mostrarse espléndidas, con la fierza de la competitividad en sus rostros y con sentimintos bajos como bandera.               Ellas están las cuatro (Agustina Pons, Camila Hierro, María Victoria Pierre, Virginia Flammini). A todo ritmo transitan sus días en un GYM. Allí dan cuenta a cuarta pared de la diana búsqueda que las tiene entretenidas y con la proa puesta en cumplir su cometido. Hablan a cuarta pared o entre ellas y lo hacen con llamaradas. Cuando ¨dialogan¨ entre ellas la tensión sigue su frenético y…
Correspondidos por el amor. Correspondidos por el tiempo análogo que los habito. Correspondidos por sus Correspondencias.  Abastecidos del continente que los habita-ba. Ese que habla de un ropaje donde la pasión no tenia mácula. La palabra canaliza el brioso río que circundaba sus seres. Decires que enuncian a almas cabalgando cual corcel embravecido. Sus tórridos amores tenían desmesura, eran presa de arrebatos locos, poseían esa savia los tenia tan desmesuradamente vivos. Tanto como esos poemas y cartas, cual duendes, que nos salen al cruce humedeciendo ojos, provocando admiración y un frío en la piel.         Correspondencias, se presento en el CCK el ciclo Correspondencias, con las actuaciones de Ingrid Pelicori, Horacio Peña. Ciclo que cuenta con música en vivo de Carlos Veliz (violoncello) y Eduardo Riguetti (flauta y trompeta) y composición de Rubén Ferrero, el espectáculo cuenta con selección de textos de Ingrid Pelicori y dirección y producción de Daniela Lozano.        La propuesta tiene en su envoltorio la desnudez con la cual hablan los intérpretes a cuarta pared. El ropaje que habita a los actores para tan sublime acto esta habitado por tan nivel de interiorizacion desde la cual hablan que conmueve. Ellos están allí y al mismo tiempo no lo están. Se han ido de viaje a esos lugares que habitaron a tan…
Cuatro. Cuatro pacientes. Cuatro pacientes que padecen. Cuatro pacientes que padecen la desmesura de una vida vegetal. Ellos están encerrados en cuerpos que no responden a sus comandos pero si por el silencio de sus voces. Se presentan mudos a cuarta pared que suena a un grito desesperado.      "Los Pacientes" son monitoreados por una enfermera (Vanesa González), quien es la punta de lanza de la obra. Ella los cuida. Los lava. Está pendiente de ellos. Su vestuario de blanco reluciente  junto con la mecánica rígida de su cuerpo marca el pulso de la metálica obra.    Un mantra teatral dice cuando se refiere al dispositivo escénico muchas veces menos es más. Aquí podríamos decir que ocurre lo contrario. Más es más. La puesta en escena postulo una inmensa habitación con varias camas. Separadores de ellas para conservar la intimidad. Un lugar minúsculo donde una enfermera realiza sus trabajos químicos y de laboratorio en absoluto silencio. Detrás de la propia habitación otro facultativo báscula entre análisis y el rompimiento que pone a la obra su otra tarea de DJ    La disección de estos dispositivos es el lenguaje de la propia obra. Es como una metáfora que se adueña…
Se presentan sin embauques. Lo suyo tiene la naturalidad como signo. La frescura de un niño es su continente. Los tres personajes tienen tal carga de subjetividad que ello será la brújula que guiara la pieza.   Están en un living ambientado con indisoluble postura vintage. Paisaje que se camufla en sus cuerpos y almas. Su platica a cuarta pared es de tal dulzura en su docente hablar, que logra perdernos en ese ecosistema paralelo con el cual vivencian sus vidas.   Ese lamina sutil que los atraviesa es por donde la pieza hace su apuesta. Desde allí es por donde sus entes dan rienda suelta a un universo despojado del ser objeto con el cual la post-modernidad están aplanando sus miradas. La musica que oyen a placer a destajo, como un collage del imaginario colectivo, es el elemento constitutivo que los alimenta. Tanto como la ropa que viste los duendes que los habitan.    ¨Los Imitadores¨, reparan a Freddie Mercury, Sandro y un cuadro elástico de artístas consagrados de la música de aquí y de allá. Lo admirable de su arte es que en sus artificios solo quieren ser ellos. El artificio no tiene plástico. Un aire nostálgico, puro, ingenuo y de otras…
Insondable. Mística. Profusa. Dulce. Con un imán en sus moléculas. Con la poética como bandera. En su ADN mantrico Ninfa es una plegaria donde el espíritu emerge con la fuerza de un tornado provocando un encantamiento imposible de domesticar.     Ninfa tiene tal voracidad que en su volcán nos perdemos. Lo inescrutable de su envoltorio nos llena de frenesí. Lo subyugante de la corporeidad que la atraviesa es colosal. El manantial de música que conforma su estructura dorsal nos lleva de viaje y en su sinapsis nos vaciamos.      Esta gema teatral está ausente de palabras. Las cinco bellas jóvenes (Natali Lisman, Pamela Melina Juré Dayan, Daniela García, Fabiana Paisani y Marisol Moreira), que conforman la manada, se vinculan con la fiereza que da el agudo olfato, un mirar que ve y  el puro instinto que marca sus pulsos. Lo salvaje esta deshabitado de la construcción humana. No hay mácula a la vista. La oscuridad las envuelve como un manto en la cual el acecho que las habita condensa una floreo sin más verdad que lo bello.     Bianca Lerner (dramaturgia y dirección), junto a Dylan Lerner (música original), conforman en esta obra un tándem soberbio. El entrelazamiento de ambos soportes ideo una joya teatral…
Se planta desde el mismísimo comienzo con una postura que inmanta. Lo que cuenta lo narra con la estatura de quien sabe de lo que habla. Lo dice con la bravura de alguien que siente furia en sus venas. Lo suyo no es una pose. Vaya que no lo es. Mamita, vocifera literalmente en voz, cuerpo y espiritu. Su mantra es una poderosa arma para exfoliar etiquetas en el imaginario social con el cual la mujer ha sido colonizada. De aqui y de ella el genero ¨debil¨, se debate ante un cumulo de situaciones que han llevado por un derrotero de extravíos varios: mujer objeto, banalidad, subjetividad artificial, tabúes varios, y un largo etc.    Mamita es una obra de danza que entretiene y subyuga. Lo hace por su dinamismo, por lo versátil y por lo original de la propuesta. Las microescenas conjugan esa mujer conquistada por imaginarios de plástico y llenos de vacío. La mujer en un tupper es una muestra cabal del empaquetamiento del cual va la pieza. La obra comprime asi de manera contudente el núcleo atávico de la estupenda creación.      Sol Gilgori propone en su manifesto una escaleta en la cual la exageración es la norma. Esta…
¨La esperanza es el peor de los males, pues prolonga el tormento del hombre¨. Friedrich Nietzsche La reseña de la obra da cuenta que “Clarividentes”, va sobre el caos, la incertidumbre y el deseo. Vaya si lo es, y de qué forma.    Javier Daulte (dramaturgia y dirección), tira el mantel de la mesa y nada queda como era entonces. Tsunami de palabras. Situaciones místicas, bizarras y patéticas manipulan a todos los  personajes que deambulan sin horizonte claro a la vista. La maremoto no necesita estar demasiado a la vista para entenderse. De ello va la historia. Juega a confundir y en ese naufrago uno tiene poner las velas en dirección a ese viento.   “Clarividentes” se fragmenta en tres grandes trozos en la cual los personajes van travistiendo sus subjetividades. No obstante el escenario sigue siendo el mismo: el desconcierto los dominara cada vez con más vehemencia.   La mirada de este furibunda pieza estriba en lo dicho por no pocos filósofos: La Ilustración que supuestamente traería la redención de los hombres, fue puro engaño. Basta con observar el nazismo. Los autores de la mayor tragedia del siglo XX oían opera a la noche y asesinaban personas por la mañana. …
 Abre siendo un guante de seda. En su envoltorio rápidamente se aprecia dulzura. Se arropa con la mirada fresca y calida desde ese lugar que en Baires se llama interior. Ellas son dos jóvenes dueñas de un fuerte vínculo de amor.    A medida que este nexo narra sus días, se aprecia la ferocidad del afecto mutuo que las envuelve. Ese apego y el fuerte soporte moral que las sostiene, les permite hacer frente al vendaval que tienen enfrente.     Lyza Tailor y Sofía Diambra, llevan adelante una historia que tiene el dolor como bandera, la moral como guía y el grito como punta de lanza para clamar por una ética ausente. Ellas encarnan el mito de Orfeo y Eurídice, poseedor del amor en (acaso), la expresión más sublime sentimiento y el suplicio en el cual quedara Orfeo al ver morirse en un santiamén a su adoración imposible.   El sublime mito nos sumerge en el inframundo para escenificar una historia que reflexiona sobre el hombre y su ciencia. Sobre los designios que toma en nombre de sentirse Dios ante el imperativo de tener control, o pretender hacerlo, sobre todo lo que lo rodea.    El disparador que aquí se utiliza para anclarlo en nuestra contemporaneidad es…
Sin envase, ni estructura, ni sofismas. Con la riqueza que tiene aquello que surge desde el núcleo del ser. Lo dicho por este singular personaje no anda con dobleces. Se presente con el anclaje que lo gobierna y lo vomita sin miramientos. Lo suyo es un tsunami que lo corroe. Tanto como el dolor que lo tiene ardiendo en la vida. Suplicio que lo interpela y que invita que lo propio ocurra con el público. La marea que lo aborda, provoca en su fragmentación, un impacto que desacomoda el paradigma que conforma nuestro ente. La sinapsis que genera su mente viaja al galope provocando emociones encontradas, sorpresas varias y enorme manantial en donde acampar.           "Tom Pain", es un unipersonal de una hora de duración protagonizado por Rogelio Gracia, quien narra las vivencias de un ser en la etapa de madurez, pero que no ha perdido la candidez de un niño. Ese que fue al ver la maravilla del encuentro entre una abeja y una flor no pudo resistir la tentación de ser parte y de allí salió machucado. Este disparador lo ha depositado en un escenario llevando consigo su espíritu al viento, la carne en sal, y…

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