Cine / Críticas

Cine / Críticas (175)

Es difícil sentarse a ver los platos fuertes de la temporada hollywoodense; saber que un film está en cierto modo fabricado para los premios pero es además un film como tantos otros. No se si las intenciones del director Denis Villenueve contemplaron el aire ‘oscarizable’ que sobrevuela en “La Sospecha”, pero es un factor a tener en cuenta. Hay de hecho películas que exceden este tipo de consideración y son aquellas que se quedan con los apartados técnicos sin lograr al menos menciones como “Mejor Película”. Se me ocurre “El gran pez”.   Se desprende de aquí que todo lo que tiene que ver con premios es tema delicado. Se ha hablado muchas veces de la maldición del Oscar, considerando por ejemplo los casos de Jennifer Connelly y Cuba Gooding Jr, dos intérpretes que luego de llevarse una estatuilla por actuación de reparto tuvieron largos años de malas elecciones de proyectos y poco reconocimiento. No estoy tan de acuerdo con lo de Gooding Jr pero lo hablamos otro día. ¿A Terrence Howard lo conocen? A él lo persigue la maldición de la nominación. Cuando a comienzos de la década anterior hizo un doblete perfecto con “Crash” y “Hustle & Flow”…
Hay una reflexión central en “Omisión” que trasciende su llegada a los cines como nueva muestra de cine de género nacional, con estrellas y producción apabullante. La película pone en contradicción las elecciones éticas con la formación profesional; un corrimiento que tiene que ver con lo que cada persona hace con su vida desde el lugar que le toca tomando en cuenta la diferencia entre lo justo y lo debido. Menuda propuesta la de un film que se para fuerte y que con este eje temático, emparentado con un contexto religioso, se convierte en objeto de interés automático.   ¿Qué hay en “Omisión” más allá de este componente? Eso que decía: una película de género -un thriller con tintes policiales en este caso, sobre un cura que vuelve a su barrio luego de muchos años y un hombre en el confesionario le revela una serie de asesinatos que cometerá-, hecha y tratada sin dudas con los instrumentos del cine pero que por los actores y por su formato capitular se siente televisiva. El protagónico recae en Gonzalo Heredia, un actor que no parece encontrar la redención aunque trabajo no le falté. La tele lo condenó –interpretemos el verbo con ambigüedad-…
A veces tiene que llegar una película para que otra florezca en el recuerdo. Me pasó mucho este año con “El secreto de sus ojos”. La obra maestra de Campanella es una película de género, clásica, con mucha ambición. Terminó por ser una gran experiencia, más para todos los que pudieron verla en cine, pero lo cierto es que la película se vuelve única cuando vemos otras que nos recuerdan sus virtudes. En “Un paraíso para los malditos”, Marcial (Joaquín Furriel, muy lejos de sus últimos grandes trabajos en teatro y su “Turco” en “Sos mi hombre”) decide adoptar la vida de otra persona y sus razones no son claras aunque luego pueda esbozarse una interpretación. Lo que sí está claro es lo que la película quiere ser.   No vale que por ser una película de género y de recursos clásicos nos permitamos ser menos críticos con sus obvias intenciones o sus lugares más comunes. ¿Se acuerdan de “Todos tenemos un plan”? Así, de título largo como esta. Estaba Viggo Mortensen, Soledad Villamil, Daniel Fanego, Sofía Gala (lo mejor del film) y una envidiable producción que se fue a filmar al Delta. Ahora que recuerdo, al igual que esta,…
Cuando se trata de interceder activamente en cuestiones políticas, tiendo a pensar que de la reflexión y discusión a la participación concreta hay un paso que tiene que ver con la vivencia personal. Somos un país muy político, nos guste o no; con una juventud muy politizada, para bien o para mal. Las tomas de colegios secundarios en los últimos años son el reflejo de una concientización que comienza naturalmente en la escuela. Allí hay que ver qué chicos internalizan verdaderamente ese espíritu de lucha, quiénes lo cargaban desde antes y cómo le darán uso en el futuro. El resto tomará otras posiciones. Como expresan algunos alumnos en un momento del film: “Somos estudiantes, venimos a estudiar. Punto.” La militancia estudiantil no se lleva muy bien con este problemático argumento, pero no deja de ser muchas veces el de una gran parte del cuerpo estudiantil. Esta semana tomaron la Facultad de Ciencias Sociales en una asamblea que contó con la presencia de una cantidad muy poco representativa del estudiantado.    “La Toma”, entre otras cosas, expone conscientemente la delicadeza de la militancia juvenil, los pros y los contras allí de la retórica, de hacer política en un nivel general pero…
Para suerte de los espectadores, lo que se conoce en el cine como ‘giro’ (“twist” en inglés) tiene su momento de aparición en una amplia gama de géneros narrativos. Una vez que registramos que lo dramático, antes que lo triste o emotivo, es meramente un llamado a la acción, el giro dramático no es más que una acción fuerte, concreta, que desestabiliza el contexto. Es toda una tentación el giro, y los directores ponen en él mucha expectativa. Tanta que muchas veces sale mal. En “La hermana”, que particularmente sí es un drama como género, Ursula Meier maneja una parquedad, una sequedad –estamos sacándonos de encima el gastado ‘naturalismo’- tan asentada que termina por ser poética. Es en este sentido una película que nos enseña cómo se introduce un giro sin anunciarlo; sin depender de él pero sin descuidar su impacto dramático. Atención con ese momento del film.   “La hermana” cuenta la historia de Louise y de Simon, dos hermanos. El entorno es una temporada de ski en algún lugar de Suiza y los esfuerzos de Simon, el varón y más chico de los hermanos, para llevar plata a la casa todos los días mientras que Louise hecha su…
“Estamos explorando”, pareciera decir el equipo de producción. La exploración es la base del documental de Oscar Mazú, que tiene su origen a partir de una experiencia cercana a la muerte. Mazú menciona a Víctor Sueiro, porque claro, Sueiro escribió mucho sobre su encuentro con la luz. Pero aquí la idea es otra. El dispositivo audiovisual permite otras posibilidades, y si bien hay un texto guía que tiene tono de reflexión en la voz en off del director, es ese el punto de partida hacia lo desconocido.    Lo que la película decide explorar en relación a la muerte puede estar más o menos sabido por el espectador, incluso interesarle mucho o nada, pero el documental acierta transmitiendo fuertemente el interés por el tema y la audiencia se contagia de eso. Las imágenes tienen además un tono siempre juguetón y de predisposición a la sorpresa. La cámara, digamos, está lista para cualquier cosa. Otro factor que juega a favor de este documental amigable es su sentido del humor. El propio Mazú se ríe, los entrevistados hacen bromas y el divertimento va balanceando un tema que el film siempre trata con la seriedad justa.   Porque es bueno acercarse desde la…
“Gravedad” es una de esas películas que vuelve a plantear la pregunta. El cine sigue renovando sus herramientas y desafiando el límite de lo real mostrándonos imágenes y mundos que cobran vida únicamente en la pantalla. Damos rienda suelta a la fantasía y nos dejamos llevar. Alfonso Cuarón ya hizo esto. “La princesita” es una película cuyo valor imaginativo –como posibilidad de escape- sigue intacto; un film con imágenes de un poder indescriptible que narra los tópicos más recurrentes como si nunca se hubieran contado (osada operación que el director también llevó a cabo con “Grandes Esperanzas” de Dickens). Revísenla. También transitó el mundo mágico de “Harry Potter”, y si bien “Los niños del hombre” mostraba un futuro algo distópico, la fantasía estaba a la orden del día.   Con su nuevo film, Cuarón da vuelta las cosas al presentar uno de los temas favoritos de la ciencia ficción desde un lugar perceptiblemente real. “Gravedad” se siente de verdad. Quiero decir, si alguna vez nos imaginamos astronautas literalmente en medio del espacio, ya no dentro de la nave espacial, realizando una misión (esa es básicamente la trama de la pieza), seguro que tiene que ver con lo que nos muestra…
Entré pensando que iba a ver otra película, literalmente. No me pregunten qué ni por qué, pero no estaba esperando del todo este film. “La noche de la expiación” (The Purge) es una fiesta gore de muertes abominables, sólo que se disfraza de otra cosa. En ese disfraz, uno de los más sofisticados del mundo, pueden verse los puntos altos y bajos de la historia de una familia de muy buen pasar que se encierra en su casa el único día del año en el que está permitido cometer cualquier crimen durante 12 horas sin que haya condena alguna. El país es Estados Unidos, el futuro es cercano y factible. ¿Salir a matar para liberar la furia interna y hacer catarsis? Es lo que discuten los especialistas en los noticieros del film mientras nos compenetramos con su premisa. Esa teoría y la posibilidad de revelar, desatar un perverso costado de la naturaleza humana sin sentir culpa.      Este argumento no es nuevo. “La noche de la expiación” lo une ferozmente a la tendencia que puedan tener los sectores más altos de la sociedad de querer eliminar la parte ‘improductiva’ del sistema (el sector bajo) por rechazarla, por tenerle asco,…
Hay algo de realismo mágico en “La Sublevación”. Los protagonistas son los residentes de un asilo cuya vida se ve dada vuelta por múltiples hechos en una corta cantidad de tiempo: se muere una amiga que vivía allí; la enfermera que siempre los cuida se va por unos días y deja a su malvado hijo –“El Brujo”- a cargo; y, para colmo, la noticia llega de que Jesús (Jesucristo) ha sido clonado y su clon desapareció. ¿Para qué? Para buscar la cura de una enfermedad. Más preguntas. ¿Cuánta paz hay verdaderamente en una comunidad de ancianos? ¿Hasta qué punto puede romperse?   Me tomo libertad con el uso de la palabra ‘comunidad’. Después de estos elementos fuera de lo común que colocan a la narración en un nivel cercano a lo fantástico, la comunidad es la clave principal de la película de Raphael Aguinaga. Hay un clima familiar entre estos viejitos que los acerca instantáneamente al espectador. Quizá no recordamos nombres, pero sí características puntuales: la amarreta, la dormilona, el don Juan, los loquitos recluidos. Una primera línea pone a jugar, con mucha diversión y soltura, a un grupo de amigos que disfrutan de sus días a todo color. Allí…
La temática no se ha filmado mucho: la estadía de los nazis en latinoamérica luego de la Segunda Guerra Mundial, y la complicidad de ciertas regiones para ocultar su paradero. Eso es lo que trabajaba la novela de Lucía Puenzo y lo que se cuenta en el film. También "Wakolda" nos muestra otros temas, aristas llamativas de la naturaleza humana que son de índole universal. Ya sea la fascinación por las personalidades misteriosas, el mundo adolescente o el poder de la seducción, estas cuestiones sufren el peso de la Historia en la película y quedan ancladas en un lugar que hace difícil discutirlas más allá de su relación con aquella época.   Al cine argentino, se sabe, le pesa mucho el pasado. Adrián Caetano en "Crónica de una fuga" o Benjamin Ávila en "Infancia Clandestina" -por citar algo más reciente- supieron hacer del momento más revisado de nuestra historia películas en las que el pasado no pesa y que en cierto modo terminan siendo atemporales. La clave puede estar en evitar que ese peso inunde el relato y que lo que estemos viendo sea una historia más. Cuando la Historia con mayúsculas se apodera del camino, la solemnidad gana la…
Cuidado espectadores. Se estrena una co-producción imponente, con dos superestrellas: Belén Rueda y Ricardo Darín. Grandes expectativas, podría decirse. Hablar del efecto Darín a esta altura sonará gastado y no sé si alguien ha escrito un libro sobre este tema, dado que claramente hay mucho material. Prefiero discurrir un segundo sobre el actor argentino de cine, lugar ocupado por pocos nombres si se analiza objetivamente. De esta corta lista quizá Darín no sea el mejor, pero sí el que más le presto atención al desarrollo que este lugar le implicaba. Hoy no sólo su figura tiene la mayor proyección sino que, objetivamente hablando, ningún otro trabaja con la cámara como lo hace él. El estudio que hizo sobre su persona cinematográfica, su selección de roles, su decisión de asentarse en el formato, son las razones que hoy le aseguran un mínimo de medio millón de espectadores por película. Le perdonamos su aventura con la dirección en “La señal” porque es un excelente actor de cine. Lo sabe el público, y lo sabe el mismo Darín, que jamás volvió a la televisión.    Si algo es cierto es que en “Séptimo” Darín está al tope de su juego. El resto del…
Comienzo con un ejercicio. Cuento de qué se trata el film en una oración porque no quiero desperdiciar en ello más caracteres que los que sean necesarios. Tras una serie de eventos (des)afortunados, cuatro individuos terminan viajando a México aparentando ser una familia -papá, mamá, hermana y hermano adolescentes- para contrabandear marihuana. La diferencia entre ‘drug smuggling’ (contrabando) y ‘drug dealing’ (repartición y entrega) es ya de por sí un tanto ridícula en general e innecesaria como ilustración del conflicto que tiene un personaje a la hora de experimentar algo que lo sobrepasa. El conflicto es válido; lo que está de más es el detall técnico. Sin embargo, “¿Quién *&$%! Son los Miller?” hace de esta distinción un tópico recurrente: la primera aparición puede verse en el trailer (Jason Sudeikis, protagonista, se lo marca a Jennifer Aniston mientras ella le regala un baile –que esta es la peli en la que hace de stripper y baila en ropa interior-), luego Sudeikis la busca en Wikipedia cual tonto y más avanzada la trama vemos que se hace presente bajo la misma lógica. No es un buen chiste (o no funciona, como prefieran).   La presentación de los personajes sí es buena,…
Hay ideas nuevas e ideas viejas. Las viejas serían en principio ideas gastadas, que ya en este tiempo no estarían funcionando porque el mundo avanza. Ni siquiera hablo de ideas de grandes proporciones; quizá para empezar me refiera a nociones sobre distintas cuestiones de la vida que yacen en la escala de lo humano. La percepción del mundo que tiene un director se ve en mayor o menor medida reflejada en su obra, y aquí también entra lo ideológico y lo político. En películas como “Causas y consecuencias” todo esto se ve implicado y el film que vemos es su resultado.    Robert Redford es un referente, una figura del cine y más particularmente de su fracción más independiente, que promovió siempre desde el festival Sundance. En una época su visión del mundo también le valió un premio de la Academia. Yo recuerdo con cariño “Gente como uno”, quizá por su condición menos política y aleccionadora. “Quiz Show”, con su desglose del mundo del espectáculo, directamente me encanta. Lo cierto es que más de 30 años corrieron y Redford aparece de repente como un individuo de ideas viejas, que no necesariamente reaccionarias. Podríamos decir que son cosas de la edad…
Primero, que Marcos Carnevale siempre me pareció un tipo sensible: en cine, en teatro, en televisión hizo un gran trabajo con “Condicionados”. Un tipo sensible y capaz; digno. Segundo, que aunque no vi las últimas dos, podría asegurar que esta es su película más cinematográfica, o menos televisiva si se prefiere. Quizá por la experiencia de sus protagonistas (Guillermo Francella y Julieta Díaz), quizá por la obligación del plano abierto al tener que convertir a Francella en un enano; la película tiene una exploración visual distinta y también un mayor cuidado.   Tercero, que todo lo que tiene que ver con la forma adecuada de presentar un personaje con esta condición está sorprendentemente bien manejado. A saber, el enano León Godoy tiene sus virtudes, su perseverancia y un gran corazón; pero a la vez tiene sus contestaciones, su carácter y una bronca que se esconde y siempre está al borde del colapso. Sentimos pena por él, sí, pero es genuino y no molesta. Digo, que no hace ruido; que la película no nos está obligando a compadecernos de él.   Desde aquí, arrancan los problemas de “Corazón de León”, que tienen que ver a mi entender con una continua indecisión.…
Me gusta “El hombre de acero” en el mismo sentido en que me gustó la última de Batman, “El caballero de la noche asciende”. En eso de que, a pesar de cargar con el peso de un cómic, o de tener un gran presupuesto, asume un compromiso con la historia que vamos a ver, con sus personajes y con nosotros como público desde el entretenimiento. Películas como esta vienen ya con un desafío implícito: estás haciendo una de Superman, papá.   Con los años el cine de superhéroes se ha acercado a un nivel de madurez que todavía no está del todo consolidado y quizá sea para bien. Se intenta ahondar con mayor profundidad en la psicología de los personajes, en el por qué de su decisión de convertirse en salvadores. En los cómics siempre está esa razón, u origen, que el cine condensaba en alguna escena tipo prólogo. Ahora la estrategia es otra, y este film es un exponente de los nuevos modos.    En “El hombre de acero” está muy visible la marca Nolan (Christopher, aquí productor), del flashbacks que no se anuncia y que, de manera fluida, revela algún aspecto del pasado de los personajes que será…
Los caprichos de los actores son una cuestión siempre extraña. Digamos que, al menos, nos revelan una faceta de ellos con la que no esperábamos toparnos; más aún cuando se trata de superestrellas.  Si yo les dijera que la historia de “Después de la Tierra” es una idea de Will Smith, ¿me creerían?. Es algo así. En algún lugar del universo en el que ya la Tierra no es habitable, convive un escuadrón de humanos preparados para combatir a toda fuerza entrenada para matar hombres. Estos “comandos” obtienen su mayor rango luego de un arduo trabajo como cadetes que requiere de mucha práctica. ¿El mejor de todos los soldados? Cypher Raige (Will Smith), el primer hombre que logró “fantasmear” (no recuerdo que la palabra sea exactamente esa, pero la traducción de “ghosting” es demasiado tentadora en términos argentinos así que dejémosla así) y que hoy es jefe de varias divisiones. Mientras tanto, quien se prepara para ser comando, es su hijo Kitai (Jaden Smith). Padre e hijo, que no tienen buena relación, viajarán a una misión para generar un vínculo; todo saldrá mal y del niño dependerá que puedan volver a casa.    Arriba no están escritos todos los términos…
0-De qué va:DomToretto (Vin Diesel) está retirado, disfrutando de la vida tranquila, hasta que Hobbs (The Rock) lo visita para ofrecerle un trato. Si él lo ayuda a atrapar a un peligroso ladrón, recuperará a su ex mujer Letty (Michelle Rodriguez), a quien todos daban por muerta pero está trabajando para este hombre. Con la intención de no darle la espalda a la familia, todo el equipo se reúne y emprenden una nueva misión.   1-No me gustan los autos: No conozco, no entiendo las especificaciones técnicas, no me motivan, y si todo esto es poco, manejo mal. Mi relación de mayor conexión emocional con los vehículos pasa por el equipo de audio. Con ese sí, amor para toda la vida. En “Drive” -que no es ‘una de acción’ en el mismo sentido que este film, y hay que ver si en realidad es ‘una de acción- las secuencias con autos me gustaron porque había muy poca cosa y se enfatizaba el estilo, que acompañaba el tono de la película. No digo que “Rápidos y Furiosos 6” no tenga estilo, sino que su objetivo está más cerca de la búsqueda de impacto. Impacto por impactar, por eso hay más parafernalia,…
No estoy definiendo una cuestión. A lo sumo la estoy repensando una vez más, que para eso también está escribir. Una película chata no es una mala película. De hecho, una mala película puede pasar hoy en día más desapercibida que una película chata. Que chato tampoco es un film por constituirse como mera excusa para contar una historia. En “Cuando yo te vuelva a ver” hay una historia, hay un contenido y un mensaje. Paco (Manuel Callau) vuelve a la Argentina luego de estar muchos años en España y en un casamiento familiar se topa con Margarita (Ana María Picchio), la mujer que amó antes de partir y con quien jamás volvió a comunicarse.    Seguro que esta es una historia de amor. Si me refiero al contenido, hay algo que apela a la fuerza del recuerdo, con un mensaje que entre otras cosas se enfoca en las segundas oportunidades; el volver a empezar. ¿Lugares comunes? Y sí. Si sabemos que el cine no abunda en temáticas: sabemos que los guiones se construyen sobre arquetipos, que los personajes experimentan un cambio porque hay un conflicto, que eso resulta en una evolución. Saliendo de este paréntesis teórico, es tan simple…

Information

All images are for demonstration purpose only. You will get the demo images with the QuickStart pack.

Also, all the demo images are collected from Unsplash. If you want to use those, you may need to provide necessary credits. Please visit Unsplash for details.