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Críticas de Teatro

Todo piola: Rompiendo cadenas

Es un vomito. Lo lanzan con la misma violencia que sienten les llega desde afuera. Impetu que los constituye como sujetos anclados en un lodo que los domina. “Todo Piola” tiene la desmesura como ropaje. Es lo que habita a dos tios del conurbano bonaerense. Ellos hablan desde Caseros o desde Lomas. Están en el fondo. Son los Nadies de Eduardo Galeano. Lo saben. Pero eso no los posiciona en inferioridad. La humanidad que los habita es un fuego con la que combaten un sistema que los destruye. Con la misma nobleza que se debaten, es la misma dignidad con la que se presentan en el escenario. Están vestidos de futbolistas. Su hablar es unidimensional. Es llano aunque auténtico. No hay mas poética que el tormento que los corroe. No obstante no han perdido la frescura en su impronta. Desde su prisma canalizan y le ponen palabra a ese dolor que los domina. Esto aún siendo sustancial no es lo medular en la obra. Lo que “Todo Piola” posee como sustancia es la pureza con la cual la pieza se planta. En su dispositivo escénico el escenario desnudo, llena la pieza. Tanto como las sombras y ese mar de significados que genera. Tanto como esa música repetitiva que por momentos suena y que no es otra cosa que lo -justamente- repetitivo de sus días y que tanto los abruma. El imperativo ético que los sujeta es un grito en el desierto. Una tercera  interprete canta (Guadalupe Otheguy). Lo hace con una elegancia y dulzura que le adosa a la obra mas vitalidad. La creación tiene en su espina dorsal un puzzle de temas tan variados, como sorprendentes y disparatados. Los cuerpos se mueven. Tanto como las ideas que exponen. La pieza abre a varios tópicos y por momentos pareciera que encalla pero el vigor actoral, la honestidad temática y la poética que la rodea la mantienen siempre indemne. Como esa que tienen arqueando sus cuerpos desnudos. O como la cuarta pared que destruyen en mas de una ocasión. Platea que es sacudida cuando los actores salten literalmente sobre ella. Es una obra brava. Bellamente incómoda por momentos. Estudiadamente exagerada en otros pasajes. La vida de estos chabones no es -precisamente- tranca. Es durísima. Tienen que ejectarlo. No hay otra. Están quebrados. Su desmezura si suena a mucho no lo es tanto como la vida que ellos representan y que esta ahí afuera pidiendo ser oída. Tanto como la risa que disparan en el público y este es un logro mayúsculo. No banalaliza el tema, pero se permiten sobrevivir con buena vibra a pesar de la aflicción que los gobierna. Estos dos estupendas performances (Carla Di Grazia, Eddy García), están arrojadas al escenario rompiendo las cadenas de una estado de situación que los tiene tan asqueados, como dolientes y su imperativo es gritarlo a los cuatro vientos. 

By Hugo Manu Correa

 

Ficha técnico artística
Guión: Mariano Blatt, Eddy García, Gustavo Tarrío
Actúan: Carla Di Grazia, Eddy García, Guadalupe Otheguy
Vestuario: Cristian Bonaudi, Ana Press
Diseño de objetos: Agnese Lozupone, Eleonora Pascual
Diseño de luces: Agnese Lozupone
Fotografía: Agnese Lozupone, Eleonora Pascual
Arte: Agnese Lozupone
Diseño gráfico: Maxi Sosa
Prensa: Antonela Santecchia
Asistencia de escenario: Lola López
Asistencia de dirección: Virginia Leanza
Producción ejecutiva: Alejandra Menalled
Diseño de movimientos: Virginia Leanza
Dirección: Gustavo Tarrío



Sábados de noviembre a las 23.15 h en Timbre 4.

– México 3554 –  

Precios: $400 general | $380 compra on line | $350 estudiantes y jubilados | $200 sub 28, alumnos Timbre4, Moscú y Camarín de las musas | $200 2x1 Club La Nación

Venta por alternativa teatral o en la boleterí

Todo lo posible: Orfandad urbana

Tensos. Así están. Reactivos. Así se vinculan. Desconectados. A pesar de la fuerte vinculación.El ropaje urbano de estos cuatro personajes tiene sustancia al nihilismo como compañero, también la fragmentación interior y una la sustancia singular que articula sus universos: la ausencia mística. La orfandad que los habita se los come. En el mientras tanto se quieren -por eso se aporrean- aunque no sepan como transferirlo. 

La obra de Lorena Romanin es un fresco post-moderno. Los cuatro protagonistas se vinculan horizontalmente. Se fagocitan entre ellos cual pacman devorando todo a su paso. La pirotecnia verbal es pujante. No hay verticalidad que les permita detenerse y anclarse para preguntarse que les pasa. La obra se corre de ese lugar y juega a ser circular. Como ese gigante rueda que los abastece y que al mismo tiempo actúa como interpelador del público. Aquí sucede algo paradójico y sustancial de la pieza: lo circular de sus tiempos no concuerda con esa flecha hacia adelante con que se concibe mayormente el tiempo en occidente. Ese concepto Maya (circular) sobre que el tiempos es cíclico no parecen advertirlo estos personajes en  la construcción de sus subjetividades. Están disparados hacia adelante (flecha del tiempo) y nada los detiene a su paso. 

Las situaciones son varias. Todas estan impregnadas por un "deja vu" reactivo. Desde la muerte de la abuela de uno de ellos o hasta el propio hospital al que deberán concurrir para saber el estado espiritual de su amigo. La sexualidad y el  amor serán otros vórtices que tratan de “digerir” .Aunque en realidad es el paisaje desolado que los habita los que hace a estos mutantes urbanos tan subyugantes como interesantes.

La puesta de la obra pone al público como jurado. La cuarta pared tiene anclaje en tres sectores de donde situ a los “pasivos” concurrentes como intercomunicadores silenciosos de lo que allí acontece. Esto queda plasmado cuando los actores suspenden dispositivos escénicos como lo son la propia música y hasta en otros (repetidamente) miran a cuarta pared buscando complicidad. 

La pieza funciona porque tiene un texto fluido, que esta bajado del lugar solemne aunque tampoco busca a ser cool. Sabe situarse en ese lugar de teatro alternativo, es decir, contar algo. Narrar algo actual, que nos pasa a todos, que nos deje algo pero que no dicte sentencia. 

La obra tiene a dos actores (Salome Boustani  y Marco Gianoli) que son el eje de la obra. Ellos sudan la cancha y son el agujero negro que engulle todo a su paso. Tienen brío escénico, fiereza actoral y matices con que pintan la pieza.  Los surcos que generan a su paso son las huella por donde transita la obra. Por este sendero se suman sus otros compañeros (Guido Botto Fiora y Claudio Mattos) quienes bailan con presteza y buenas construcciones contribuyendo a la edificante obra. Los cuatro generan una oxigenada sinergia actoral cristalizando un sopor vincular que hace amigable, cercana y fluida a esta buena creación. 

“Todo lo posible” posee elementos “menores” que elevan su espesura: el ritmo interior. La dirección (Lorena Romanin) eligió con sapiencia y elegancia salirse de situaciones que la podrían hacer encallar y que le restarían espesura. Este recurso la oxigena y le da una espina dorsal que es por donde la obra cabalga.

By Hugo Manu Correa 

Funciones: Viernes 23:00 
La Carpintería Teatro
Jean Jaures 858. Abasto. Buenos Aires. 
Localidades $350 
Entradas a la venta en  Alternativa Teatral  

Elenco: Marco Gianoli, Salome Boustani, Claudio Mattos, Guido Botto Fiora 
Diseño de dispositivo escenográfico: Isabel Gual, Facundo Guerreschi
Realización de dispositivo escenográfico: Facundo Guerreschi
Vestuario: Lorena Romanin
Fotografía: Romina Pomponio
Diseño de luces: Diego Becker
Diseño gráfico: Mariana Rovito
Prensa y difusión: Romina Pomponio
Asistencia de dirección: Jimena Morrone
Dramaturgia y dirección: Lorena Romanin
Duración: 50 minutos

Después de casa de muñecas

Después de casa de muñecas de Lucas Hnath, dirigida por Javier Daulte en el Paseo la Plaza, retoma evidentemente el texto de Henri Ibsen Casa de muñecas. El abordaje a esta obra no pretende ser una adaptación de la misma sino una reflexión acerca del personaje de Nora 15 años después. Con una escenografía que emula un estrado, que simula un juicio, el de Nora, el/la espectador/ra puede ver desde dentro de la puesta o en las restantes butacas del Paseo La Plaza la posición que tomó la protagonista y el impacto que esto produjo en la que era su familia. La obra y su puesta no pretende posicionarse de un modo taxativo en la postura feminista sino que deja entrever y debate con el discurso patriarcal. A su vez los personajes y las personajes inmerso/as en el sistema del patriarcado se postulan como sujeto/as arrojado/as a la estructura. En este sentido no se demoniza la postura de aquello/as, sino que se la repiensa desde el viraje ideológico que propone una Nora renovada, dueña de su vida, profesional y escritora feminista. La puesta y las actuaciones de Paola Krum, Jorge Suarez, Julia Calvo y Laura Grandinetti brindan estos diferentes aspectos de la complejidad del paradigma reinante y de la crítica y avance del nuevo discurso. Claramente una obra necesaria y cuestionadora de estos tiempos

 

Ficha técnico artística

Autoría: Lucas Hnath

Versión: Federico González Del Pino, Fernando Masllorens

Traducción: Federico González Del Pino, Fernando Masllorens

Actúan: Julia Calvo, Laura Grandinetti, Paola Krum, Jorge Suarez

Montaje: Jorge H Pérez Mascali

Diseño de vestuario: Ana Markarian

Diseño de escenografía: Julieta Kompel, Alicia Leloutre

Diseño de luces: Sebastián Francia

Audiovisuales: Milwatss

Stage Manager: Guido Losantos

Vestidores: Héctor Ferreyra

Fotografía: Alejandra López

Comunicación visual: Gabriela Kogan

Comunicación Digital: Bushi Contenidos

Asistencia de dirección: Guido Losantos

Productor asistente: Nicolas Kompel

Prensa: SMW

Producción gráfica: Romina Juejati

Producción ejecutiva: Javier Madou

Producción general: Pablo Kompel

Dirección de Producción: Ariel Stolier

Supervisión de sonido: Pablo Abal

Dirección técnica: Jorge H Pérez Mascali

Dirección: Javier Daulte

El Cisne: 'Sobrevolando'

El Cisne, de Felicitas Kamien, narra la historia de una familia disfuncional, aunque en este punto rompe la estructura meramente costumbrista para aplicar cuotas de lo extraño, de lo inesperado: la inexplicable aparición de la juventud y la belleza como argumento que anula la idea de la muerte.


Entonces, una historia de una familia disfuncional, una madre de gran carácter (Martha Haller) cansada de la soledad y dispuesta a renovarse constantemente en búsqueda de una nueva pareja que supla el abandono que dejó su ex marido. En ese clima, tres hijas (Carolinha Milli, Mariana Cavilli, Victoria Cipriota), sostienen la inevitable muerte de su padre (Alexis Cesán), y confrontan todas sus diferencias en esa convivencia feroz y soporífera.


Para dar cuenta de esas tensiones estamos presentes a tres personajes de caracteres diversos que varían entre la seducción extrema, a la total apatía, desde la absoluta tranquilidad a un explosivo pánico. Y allí el padre que respira, que comienza a moverse, que está al borde de algo, de cierto vuelo para recordar en sus hijas a aquella mujer que perdió y que se hará presente.


Este desarrollo de la trama, que dilata al comienzo los tiempos (tiempos de muerte) para impactar aún más con su desenlace, lo vemos, en algún punto, desde arriba, desde la ingeniosa escenografía (Esteban Brenman/ Florencia Polimeni) que decide cortar la casa por la mitad. Es decir, vemos el mientras tanto en el mismo momento, podemos así experimentar el suspenso, saber y sentir la vertiginosidad de los hechos, acelerar los tiempos en un momento detenidos.


Sin embargo, lo extraño de la obra, ese cisne que vuela hacia algún lado, avanza con su belleza hacia el frente de la escenografía. No basta saber de su presencia mutante, debe teñir la trama de cierto romanticismo que coopte la dureza de esa madre, que llega a escena sin haber visto todo aún, (aunque lo crea así el personaje).  


La difícil historia, con temas como la muerte, es diluida por la comicidad de todos los personajes que ingresan en clave de grotesco a cometer los actos más degradantes que descubren sus roces, sus miserias. Así, el grotesco y el realismo mágico conviven alimentándose uno del otro, haciendo que hasta el mundo de lo extraño deba atravesar esa caída de la máscara, que se representa en un deseo irrefrenable de vida y de recuerdos.

 

Critica de Jimena Cecilia Trombetta

 

Ficha técnico artística

Dramaturgia: Felicitas Kamien
Actúan: Mariana Cavilli, Alexis Cesán, Victoria Cipriota, Marta Haller, Carolina Milli
Vestuario: Julieta Harca, Eliana Kuriss Dick
Escenografía: Esteban Brenman, Florencia Polimeni
Iluminación: Adrian Grimozzi, Eduardo Pérez Winter
Diseño sonoro: Javier Bustos
Realización de escenografia: Mariano Sivak
Fotografía: Xavier Martín
Diseño gráfico: Xavier Martín
Asesoramiento escenográfico: Mariana Tirantte
Asistencia de dirección: Antonella Carrillo, Shira Nevo
Prensa: Carolina Alfonso
Producción: Felicitas Kamien, Carolina Milli
Director asistente: Diego Cremonesi
Dirección: Felicitas Kamien

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