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Críticas de Teatro

El diario de Carmen

Desdén de una mujer entre la fantasía y la realidad

Carmen y Juan, Gaby Ferrero y Mauricio Minetti, dos personajes, dos actores en una puesta teatral de Luis Cano. Una escenografía que parecería imitar el living de una casa pero es más que eso, porque el papel de la pared hará confluencia con el sweater de Carmen, por ejemplo, en las ideas de ella, en sus imágenes, en su realidad transformada en lenguaje de un diario íntimo. Y en ese lenguaje, acciones menores que retrasan el conflicto interno de esta niña/mujer, sus miedos al afuera y su dificultad para formar un vínculo sólido con Juan. Fantasía o realidad que se incorpora en su vida con poca decisión.

Una narrativa que da cuenta de su naturaleza y a su vez de la naturaleza psíquica del personaje que crea, así las dudas y las evidencias, de fallar o inventar los recuerdos, se hacen presentes. Entonces, hay teatro. Hay teatro porque las modificaciones de la trama parten del acto efímero de la memoria, del acto efímero de la memoria del espectador. Y así narra Carmen y Cano en un constante volver hacia una historia para modificarla y volver avanzar.  Y así  tratamos de saber que pasó en el accidente, sin ser atraídos específicamente por ese hecho, sino más bien por el modo en el que la protagonista lo cuenta, fragmentado y temeroso,  tal cuál es ella. Lo mismo sucede con el gato y también con Juan. Son en relación a ella,  sólo eso.

Esta obra da cuenta del artefacto, y funciona por la mecánica que adquieren los cuerpos y las actuaciones en escena, Juan complementa a Carmen y esto se reproduce en el juego de los dos actores, mientras Gaby Ferrero avanza con sus acciones (atender el teléfono, ir a la cocina, eludir a la vecina, buscar al gato); Minetti sostiene con gestos la angustia del personaje por la sensación de encierro.  Mientras Gaby Ferrero logra esquivar por un gran instante su conflicto interno, Minetti lo evidencia.

Por último, habría que remarcar la dinámica de los cuerpos, la velocidad  en el movimiento de Carmen y el estatismo de Juan como una marca de dirección que confluye con el sentido de la obra, con la intención de sostener los miedos de la protagonista por medio del ritmo constante y por momentos uniforme que anula en gran parte a su compañero de vida. Cano mantiene con esa maquinaria, con esa energía que se ve en escena, la atención del espectador, el cual prefiere perder la ilación prolija de un cuento en pos de potenciar la  emotividad y la identificación con los personajes.


Ficha técnico artística
Autoría: Luis Cano
Dramaturgia: Luis Cano
Actuan: Gaby Ferrero, Mauricio Minetti
Vestuario: Lorena Ballestrero, Laura Rovito
Iluminación: Mariano Arrigoni
Diseño de espacio: Luis Cano
Realización escenográfica: Guillermo Manente, Vìctor Salvatore
Utilero: Lorena Ballestrero, Laura Rovito
Ilustrador: Laura Rovito
Asistencia general: Micaela Picarelli
Coreografía: Luciana Acuña
Dirección vocal: Tian Brass
Dirección: Luis Cano

Web: http://www.facebook.com/#!/photo.php?fbid=1763248873787&set=a.1686209467850.92673.1016041358&type=1&theater

ELKAFKA ESPACIO TEATRAL
Lambaré 866 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Reservas: 4862-5439
Web: http://elkafkaespacioteatral.blogspot.com
Entrada: $ 50,00 y $ 40,00 - Jueves - 21:00 hs

Excursiones

Herida Existencial


(*)-. Excursiones de Ezequiel Acuña, narra la historia de Marcos y de Martín, dos amigos que perdieron el rastro por motivos que no son dichos hasta casi el final. Marcos, al peligrar su trabajo en una fábrica de golosinas, encuentra el tiempo suficiente para retomar una obra de teatro que ensayaba cuando aún iba a la secundaria. Por ese motivo, diez años después, decide llamar a Martín para que lo ayude en la realización. Sin embargo, la obra de teatro, termina siendo, para el espectador, una excusa para que estos dos amigos retomen su contacto y cierren las heridas que los distanciaron.

 

El argumento que se expone es complementado por una determinada estética que también puede verse en los otros films de Acuña: "Nadar solo" y "Como un avión estrellado". En los tres casos, trabaja tratando de transformar un tiempo objetivo, en un tiempo subjetivo, dónde paradójicamente, el interior de los personajes, queda plasmado en los elementos formales y objetivos del film. Particularmente en Excursiones este manejo temporal, se ve en las pausas, en las acciones y en los movimientos que se incorporan al relato desde la duración de los planos, la elección de los movimientos de cámara e internos al cuadro, hasta la composición artística del aquél.

El film, más allá de imprimir la habitual apatía social en los diálogos, que es otro de los elementos para resaltar la duración, no busca la quietud total de los personajes haciéndolos vagar sin rumbo, sino que expresa los objetivos y las búsquedas de los protagonistas por medio de los mencionados elementos formales.

 

"Excursiones", no está en función exclusivamente de narrar una historia, pero tampoco relega la acción a un mero transcurrir. Éste, afinando la idea anterior, propone mostrar ese transcurrir como acción propia, al plagarla de núcleos dramáticos que posponen el verdadero conflicto para resolverlo al final. Sin embargo, no logra relegar el conflicto sólo por medio de acciones secundarias, sino que apunta a sostener la atención del espectador con escenas que lindan con lo inesperado, algo que ya puede ser percibido, aunque de modo mucho más sutil, en "Como un avión estrellado".

Además, "Excursiones" se destaca por el humor proponiendo, ya no la apatía social angustiante de "Nadar solo" e incluso de "Cómo un avión…", sino la apatía como un elemento potencialmente risueño, que apunta más que a mostrar las carencias, a dar cuenta de las características individuales de los personajes.

 

Entonces, la temporalidad está puesta en función del ánimo de los personajes, al igual que los diálogos y los movimientos de cámara. Comparando los tres films habría que decir que el tiempo fue cobrando mayor dinamismo, que los movimientos fueron más notables y que los diálogos apuntaron a ganar mayor humor. De todas maneras, esto no implica una evolución o un progreso, es decir, no creemos que sea ni positivo ni negativo, simplemente, parece ser una mutación en el cine de Acuña, que aún así sigue conservando en su relato la intención de mostrar el universo interno de cada uno de sus personajes.

 

(*)-. Crítica de Jimena Cecilia Trombetta (2010)

 

Excursiones

Ficha técnica

 

Ayudante de dirección: Nicolás Grosso
Dirección:  Ezequiel Acuña
Dirección artística: Nicolás Abuaf, Carola Gliksberg
Guión:  Alberto Rojas Apel, Ezequiel Acuña
Música: Nicolás Pedrero, Santiago Pedrero
Sonido: Rufino Basavilbaso, Hernan Severino
Fotografía:  Fernando Lockett
Montaje: Ezequiel Acuña, Mario Pavéz
Vestuario Nicolás Abuaf, Carola Gliksberg
Reparto:  Alberto Rojas Apel, Matías Castelli, Martín Piroyansky, Martina Juncadella

 

País:  Argentina
Año:   2009
Duración:  80 min.
Idioma(s):  español
Compañías: Productora Ezequiel Acuña, Martina Gusman, Agustina Llambi-Campbell, Pablo Trapero


 

 

 

Los errores de Noe

Por Jimena Cecilia Trombetta-. Año 2011, pasaron ya treinta y cinco años desde la nefasta dictadura militar padecida en la República Argentina. En este año y desde hace tres temporadas “Los errores de Noe” de Yoska Lázaro recuerda los hechos: la tensión máxima en las casas operativas, el tironeo de poder entre los propios compañeros militantes, los resultados del exilio y la violencia de… las ratas.

Mario Villegas (Ariel Nuñez Di Croce) se encuentra pasivamente y con gran temor en la máquina de coser, armando con retazos insignificantes el vestuario para una obra de teatro que escribió Eduardo Agnecco (Fernando García Valle) con la intensión de revertir la situación y denunciar mediante la misma, las torturas y atrocidades acontecidas.

 Esta obra basada en un plan de Osvaldo Bayer, que se cuenta en el programa de mano, muestra la espera desesperada de estos dos militantes que siguen luchando mientras aguardan la llegada de un tercero.  En ese núcleo donde la falta de información predomina, Cristina Agnecco (Romina Oslé) llega para advertirlos y despejar las dudas del oprimido Mario. 

  Esta obra que reproduce con absoluto realismo el espacio de una casa operativa, las tensiones de los que la habitan y los conflictos que acontecen, logra mantener la atención del espectador agregando a la trama el desarrollo de una segunda obra fragmentada (la que creó Eduardo) que narra la explotación de unos trabajadores en la selva.

Esta segunda obra alegórica dirá lo que en el contexto histórico, es decir en el obligado silencio que los protagonistas deben mantener, no puede decirse, al menos no, si no es de un modo estratégico. Así Mario y Eduardo mantienen su entereza en la representación que ensayan, aún encarnando en el caso del primero a esos mismos que quieren denunciar. Esta obra dentro de la obra propone mostrar cómo se invierten los roles de Mario y Eduardo dejando de ser este segundo el líder que todo lo controla, tal como se muestra en la trama general.

Desde este posicionamiento la obra cuestiona desde ya la dictadura y a sus representantes, pero se enfoca en los errores de los militantes abriendo a preguntas, a la reflexión de los espectadores que seguramente quedarán shockeados al final por la transformación progresiva que logran los actores y por otras cuestiones en general…

Los Errores de Noe
Dramaturgia y dirección: Yoska Lázaro
Asistente de dirección: Mariana Santellán
Intérpretes: Fernando García Valle, Romina Oslé, Ariel Nuñez Di Croce
Colaboración artística: Adrián Cabral, Carlos Roggerone, Favio Rizzotti (en la función asistida) y Alejandro Apo (voz en off)
Diseño escénico y de luces: Yoska Lázaro
Diseño de vestuario: Cecilia Noelia García
Diseño y realización musical: Fernando García Valle y Marcelo Medina
Diseño gráfico: Iñaki Moreno
Producción ejecutiva: Teatro a tres velas
Teatro Timbre 4, Domingos 20 horas, Boedo 640- y México, 4924-2359

Nuestro fin de semana

titocossa Por Jimena Cecilia Trombetta-.  “Nuestro fin de semana” de Roberto Cossa volvió a escena en el Teatro “El duende”, la sala de Agustín Alezzo que se reabrió el 18 de marzo de este año. 

Dirigida por Lizardo Laphitz esta obra de realismo costumbrista recorre la vida del hombre común tal como expone Cossa en el programa de mano,  que narra con humor las vicisitudes de un barrio. Son familias que luchan por las fuentes de trabajo y que padece los cambios propios de la vida, muertes de los progenitores, deseos frustrados y castillos en el aire que solo quien vive en esa realidad puede mantener despiertos para no caer.

En su lucha por mantenerse despierto, por no caer, por seguir viviendo de la mano de amigos y parientes Raúl (Julián Echezarreta) se empeña en agasajar a sus frecuentes invitados que su mujer Beatriz (María Marta Giménez) tolera con infinita paciencia, resignación y comprensión -un personaje que sabe el final de cada hecho previo a ser narrado y producido por su marido-.

Sábado; momento posterior al trabajo agobiante y rutinario, se le suman: Elvira (Claudia Cuis) hermana de Beatriz, una mujer atada a un pasado no resuelto, que en su composición corporal y expresión de la voz muestra la tensión de sus nervios a grado máximo, Alicia (Silvana Sabetta) y Daniel (Alejandro Fain) un matrimonio claramente fallido, uno que solamente se aguanta por miedo a alguna otra cosa, ella en búsqueda de algo que estimule sus sentidos, él en búsqueda de algo que lo aparte del paso del tiempo; Carlos (Pablo Zani) un bohemio preso de su libertad que no se decide a embarcarse en algo preciso aunque algo lo hará cambiar; Jorge (Emiliano Delucchi) y Sara (María Ahuad, en la función asistida) una pareja que depende económicamente de los progenitores de él; y Fernando (Nicolás Mizrahi) un personaje que en la obra es mencionado para detener el desenlace final y que aparece para romper la estética del resto de los personajes.

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