Lote 77 : "Pedagogia Campera"
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Por Hugo Correa
El universo sobre el cual se adentra Lote 77 habla de la vida de tres ganaderos y lo hace en el "mismísimo" campo, en una propuesta que adquiere una verosimilitud admirable. Provista de un relato cautivamente, la obra despliega su particular lenguaje, toma riesgos y adquiere un alto nivel actoral apoyados en un gran puesta.
Con actores que ponen, literalmente, el cuerpo al servicio de la propuesta, el eje temático gira en torno a lo que significa "hacerse hombre" en el ámbito rural y los caminos que se deben transitar para lograr la masculinidad y la identidad.
Como un viento huracanado la puesta bien campera instala al espectador en el ámbito rural desde el cual hablan los tres personajes. Tranqueras, alambrados, mangueras y piletas de agua, son los elementos que juegan en escena. Es en ese campo, donde hablan y desmenuzan sus vidas los peones ganaderos que llevan con mucho orgullo su oficio.
Sus aventuras en el colegio secundario, las ausencias de sus padres, las travesías y las constantes competencias, suerte de crucigrama a diario sobre lo sibarita que demuestran ser en sus destrezas camperas, se despliegan como un cuento en el que el público queda atrapado.
Un rasgo a puntualizar es la dirección de Marcelo Mininno, también a cargo de la dramaturgia, quien logra instalar en los cuerpos de los tres actores movimientos aceitados y dinámicos pero por sobre todo arrebatos-jirones-impulsos típicos de personas de tierras adentro, haciéndolos subsistir con esa marca durante toda la trayectoria de la obra. Los desplazamientos casi coreográficos hacen que sus trabajos brillen por ser creíbles y provistos de mucho vigor.
Lote 77, tuvo 1 año de investigación por parte de su director, quien vivió hasta los 18 años en el ámbito rural y esto se "escucha" en la musica de la dramatúrgica.
Los tres personajes hablan sobre la crianza y engorde de animales, así como también sobre el pastoreo como puntos centrales. Lo que la convierte a esta obra en una propuesta distinta, es el relato en el cual van transitando los estados de ánimo de tres personajes consustanciados con aquello que los rodea, con las repeticiones de sus procederes y sus rituales típicos.
La iluminación a cargo de Eli Sirlin es otro punto a remarcar, pues no invade el espacio. Cuando la iluminación adquiere un registro más tenue lo hace acertadamente, acompañando los momentos en que estos "tres varones" bajan sus decibeles emocionales creando una atmósfera áspera y envolvente.
Las composiciones actorales de Andres D'adamo, Lautaro Delgado y Rodrigo Gonzalez Garillo son notables. Encarnan tres personajes vicerales, marcados por la impronta del lugar. Los actores logran transmitir con soltura la huella que los gobierna.
Lote 77, invita al descubrimiento de un universo propio, es una obra que atrapa de principio a fin, bien dirigida y actuada, con un relato potente y cautivante
Como un viento huracanado la puesta bien campera instala al espectador en el ámbito rural desde el cual hablan los tres personajes. Tranqueras, alambrados, mangueras y piletas de agua, son los elementos que juegan en escena. Es en ese campo, donde hablan y desmenuzan sus vidas los peones ganaderos que llevan con mucho orgullo su oficio.
Sus aventuras en el colegio secundario, las ausencias de sus padres, las travesías y las constantes competencias, suerte de crucigrama a diario sobre lo sibarita que demuestran ser en sus destrezas camperas, se despliegan como un cuento en el que el público queda atrapado.
Un rasgo a puntualizar es la dirección de Marcelo Mininno, también a cargo de la dramaturgia, quien logra instalar en los cuerpos de los tres actores movimientos aceitados y dinámicos pero por sobre todo arrebatos-jirones-impulsos típicos de personas de tierras adentro, haciéndolos subsistir con esa marca durante toda la trayectoria de la obra. Los desplazamientos casi coreográficos hacen que sus trabajos brillen por ser creíbles y provistos de mucho vigor.
Lote 77, tuvo 1 año de investigación por parte de su director, quien vivió hasta los 18 años en el ámbito rural y esto se "escucha" en la musica de la dramatúrgica.
Los tres personajes hablan sobre la crianza y engorde de animales, así como también sobre el pastoreo como puntos centrales. Lo que la convierte a esta obra en una propuesta distinta, es el relato en el cual van transitando los estados de ánimo de tres personajes consustanciados con aquello que los rodea, con las repeticiones de sus procederes y sus rituales típicos.
La iluminación a cargo de Eli Sirlin es otro punto a remarcar, pues no invade el espacio. Cuando la iluminación adquiere un registro más tenue lo hace acertadamente, acompañando los momentos en que estos "tres varones" bajan sus decibeles emocionales creando una atmósfera áspera y envolvente.
Las composiciones actorales de Andres D'adamo, Lautaro Delgado y Rodrigo Gonzalez Garillo son notables. Encarnan tres personajes vicerales, marcados por la impronta del lugar. Los actores logran transmitir con soltura la huella que los gobierna.
Lote 77, invita al descubrimiento de un universo propio, es una obra que atrapa de principio a fin, bien dirigida y actuada, con un relato potente y cautivante