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Goran Bregovic: Música incendiaria

Su foja de servicio indica que en lo suyo el hombre es un artista sublime. Presenciar el show de Goran Bregoric es asistir a un show majestuoso.  Este hombre nacido en Yugoslavia es dueño de un universo que impacta, subyuga y contagia. Su repertorio sale con la fuerza de un volcán y modifica el ecosistema del público que presencia su incendiaria performance.
 
                      Su arte es una combinación de los 4 elementos madres. Tierra: su música tiene una pertenencia tan arraigada y que le de una identidad balcánica genial. Agua: la arquitectura de su arte esta abastecida por la construcción política del lugar que le dio la vida y al mismo tiempo del mundo que ha recorrido. Todo eso fluye en esa agua que somos los humanos. Le adosa a su manera de entender este caótico mundo una poética soberbia que lo constituye como artista con una singularidad fascinante. Fuego: su música quema. Incendia el cuerpo, la mente y el espíritu. Exfolia el ente con esa lava que sale ejectada desde el escenario y nos baña para resetearnos en ese su mantra músical. Aire: cada una de las 26 temas con los cuales hizo saltar de las butacas al teatro opera colmado llega como un tsunami que despeina el espíritu. 
 
 El show de dos horas de duración fue una fiesta que se abastecio de 8 músicos admirables en su tecnica aunque lo que mas conmueve es la entrega y el espíritu genuinamente amateur que los habita. La indómita música se enreda con las voces de interpretes que tienen el inconfundible giro vocal de un tierra que mixtura folklore, gypsy, arrestos de esa cultura croata y serbia, música búlgara y un pastiche tan nutritivo como cautivante. 
 
Goran Bregovic le ha dado vida con su música a films del genial Emir Kusturica. El ADN de varias creaciones del afamado director logran entenderse sin comprender un solo fonema de la lengua balcánica. Ello es posible por el notable ensamble del relato visual y de la música de Goran Bregovic.  Sus creaciones pintan el paisaje cultural, filosófico y político de su ecosistema vomitando el barro y la luz que construyen su subjetividad con la sangre hirviendo en su cuerpo. 
 
 
Su lema -dice- es la de unir, de que exista armonía. Que el amor y la paz sean mas fuerte que la guerra. En la noche porteña donde presento “Three Letters From Sarajevo”, se pudo observar que a nadie le importo quien era el que estaba al lado. Todos fueron uno en el recinto bailando al compás de un artista mayúsculo.      
 
Goran Bregovic hace un arte que tiene la fuerza de un huracán. En su savia el prospecto dice que la risa es algo serio. Que la alegría genuina no necesita alimentarse de pochoclo, marketing insulso o poses vacuas. Su posicionamiento como sujeto en el convulsionado mundo contemporáneo es la de ser positivamente serio con ese sueño en el que cree. Es un rapsoda cual quijote que baña con (su) llamarada de dragón ese fuego que es su poética.
 
By Hugo Manu Correa 
 
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BIO DE GORAN BREGOVIC 

 

“Three Letters from Sarajevo”

 

Goran Bregovic lo ha hecho todo. Estrella de rock en la ex-Yugoslavia, músico y compositor ha creado la banda de sonido de numerosas películas y se adaptó a la moda de la música gitana balcánica, vendiendo alrededor de 6 millones de álbumes y colaborando con artistas desde Iggy Pop hasta The Gipsy Kings. Ahora celebra la historia de su país de origen, Sarajevo, lugar de encuentro para cristianos, musulmanes y judíos antes de la guerra de los Balcanes, con un conjunto muy variado.

 

Hay piezas instrumentales honrando las tres religiones, cada una dominada por un violinista diferente, y que incluyen el poderoso trabajo atmosférico de Zied Zouari de Túnez. Se trata de un trabajo con un elenco que reúne varias voces de diferentes países, como la participación de la cantante y compositora española Bebe, la cantante y actriz israelí Riff Cohen, el cantante rockero israelí Asaf Avidan y del exuberante rockero punk argelino Rachid Taha.

 

Goran Bregovic es conocido por su MÚSICA PARA PELÍCULAS

Compartiendo el mismo origen, la misma generación, sobrevivientes de las mismas experiencias, Goran Bregovic y Emir Kusturica formaron un tándem que no necesitaba palabras para comunicarse. Después de “The Times of the Gypsies” Goran tuvo la mano libre para componer la banda sonora original de “Arizona Dream”. La música está a la altura de la película: poética, original e increíblemente enriquecedora. “Una de las mejores cosas de las películas de Emir es que muestran la vida tal como es, llena de agujeros, vacilaciones y eventos inesperados. Es este lado imperfecto e inorganizado que quería preservar sobre todo. Incluso las canciones grabadas con Iggy son muy poco producidas. Solo está su voz y detrás de ella, una orquesta de gitanos que suena a trompetas de antes de la guerra y cuernos de vaca. Es realmente muy simple”.

Compartimos su maravillosa versión de “Bella Ciao”

Goran Bregovic junto a Residente

En junio de 2016, mientras René, ex Calle 13, visitaba el mundo para preparar su álbum solista, Goran Bregovic lo albergó en su hogar y compusieron “El Futuro Es Nuestro”, tema que se editó en el disco debut de Residente.

En julio de 2017 se volvieron a encontrar, esta vez en Madrid, haciendo una magnífica velada llena de ritmos y melodías de todo el globo.

Aquí podrás escuchar “El Futuro Es Nuestro”

BIOGRAFÍA

Bregovic se describe a sí mismo simplemente como un compositor contemporáneo. Pero su sonido “contemporáneo” ha llegado a ser distinto al de otros artistas por ser oriundo de los Balcanes, en donde lo “contemporáneo” es diferente.

 

Su orquesta para bodas y funerales está compuesta por una banda de gitanos, polifonías búlgaras tradicionales, una guitarra eléctrica, percusión tradicional, cuerdas y cantantes masculinos de la Iglesia Ortodoxa, que en las partituras leídas por Bregovic concentran ecos de bodas judías y gitanas, cánticos de la Iglesia ortodoxa y católica, e invocaciones musulmanas.

 

Su música proviene de esa terrible frontera donde durante siglos los católicos, los cristianos ortodoxos y los musulmanes hicieron la guerra y vivieron juntos. Música que nuestra alma reconoce instintivamente y el cuerpo saluda con un impulso irresistible de bailar.

 

El destacado músico y compositor Goran Bregovic, nacido en Sarajevo (antigua Yugoslavia), es reconocido a nivel internacional por ser el autor de las bandas sonoras de varias películas distinguidas a nivel mundial, principalmente las dirigidas por Emir Kusturica, como "Underground" y "Tiempo de Gitanos". Cuenta con una trayectoria de más de cuatro décadas las cuales han sido plasmadas en una veintena de discos. Su música es una mezcla de folclore tradicional con rock y sonidos gitanos.

 

Nacido en Sarajevo, de madre serbia y padre croata, luego de algunos años de estudios musicales, muy poco entusiastas, en el conservatorio dedicándose al violín, Goran forma su primer grupo “The White Button”, a los 16 años.

 

Compositor y guitarrista (“Elegí la guitarra porque ser guitarrista siempre tiene más éxito con las chicas”), Bregovic admite su amor desenfrenado por el rock n’ roll. “En aquellos tiempos, el Rock tenía un rol capital en nuestras vidas. Era la única forma en que podíamos hacer que nuestra voz se escuchara, y expresar públicamente nuestro descontento sin arriesgar la cárcel (o casi).”

 

Los estudios de filosofía y sociología seguramente lo habrían llevado a convertirse en profesor del pensamiento Marxista, si el gigantesco éxito de su primer disco no hubiera decidido lo contrario. Continuó durante 15 años con su banda “The White Button”, transitando un recorrido de maratones e interminables sesiones de autógrafos en los que Goran interpretó a un ídolo juvenil en los países del Este hasta que finalmente terminó cansado y enfermo.

 

A finales de los años ochenta Bregovic se toma un tiempo libre de todo el bullicio permanente para componer música para el “Times of the Gypsies” de Kusturica y para hacer realidad su sueño de la infancia: vivir en una pequeña casa en una isla del Mar Adríatico. La Guerra en Yugoslavia rompe esto, y mucho otros sueños, y Goran tiene que abandonar todo para encontrar el exilio en París, punto de partida para deambular por el mundo con su música que lo convirtió en ciudadano honorario de Buenos Aires, Tirana y Atenas y doctor honoris causa Música de la Universidad de Sheffield en Reino Unido.

 

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