Es un viaje sin escalas. Es un impacto en el pecho. Es un cross directo al espíritu. Una vez que esa tormenta llega, ya no quedas igual. Ella es un un ser que en este plano oficia de pianista. Se conecta con su ser con este, (su) instrumento,  y se ingresa a una atmósfera que te captura y sales de viaje sin animo de regresar.  Sus manos ofician de ensamble de su cuerpo entregado a danzar y hacernos elevar a una dimensión sublime. 

Kathia Buniatishvili nació en Georgia en 1987. Nina prodigio. A los 3 años ya comenzó su vinculo con el piano. A los 6 ya lo maneja con asombrosa destreza.  Hoy es reconocida como una de las artistas mas geniales que ofrece la escena internacional. Sus descollantes actuaciones han sido vista en los escenarios mas prestigiosos del mundo, entre ellos: Carnegie Hall (Nueva York), Walt Disney Concert Hall (Los Ángeles), Royal Festival Hall (Londres), Musikverein y Konzerthaus (Viena), Concertgebouw (Amsterdam) Filarmónica de Berlín, Filarmónica de París, Teatro de los Campos Elíseos (París), La Scala (Milán), Teatro La Fenice (Venecia), Palau de la Música Catalana (Barcelona), Victoria Hall (Ginebra), Tonhalle (Zurich), Rudolfinum Praga), Grand Theatre (Shanghai), Beijing NCPA (Beijing), NCPA (Mumbai), Suntory Hall (Tokio) y Esplanade Theatre (Singapur). Khatia ha participado en los festivales de Salzburgo, Verbier, Gstaad Menuhin, La Roque d’Anthéron y iTunes, así como LA Hollywood Bowl, BBC Proms. Impresiona. 

Argentina  camina mayormente con el paso cambiado en temas mundanos, aunque en lo que a arte se refiere saca el pecho bien en alto.  En este ítem cultural heredado de Europa, mayormente de Francia, permiten chocarte con artistas de una brillantes que jamas te hubieras imaginado. Y este lujo que paso como un cometa por la gran urbe es una confirmación de ello. 

Kathia Buniatishvili ha llevado sus dotes artísticos a que prestigiosisimos directores hayan querido trabajar con ella: Zubin Mehta, Plácido Domingo, Kent Nagano, Neeme Järvi, Paavo Järvi, Mikhail Pletnev, Vladimir Ashkenazy, Semyon Bychkov, Myung-Whun Chung y Philippe Jordan y colaboró con la Filarmónica de Israel, Filarmónica de Los Ángeles Sinfónica de San Francisco, Sinfónica de Seattle, Orquesta de Filadelfia, Sinfónica de Toronto, Sinfónica del Estado de São Paulo, Filarmónica de China, Sinfónica NHK, Sinfónica de Londres, Sinfónica de la BBC, Orquesta de París, Orquesta Nacional de Francia, Filarmonica della Scala y Munich Philharmonic. Impacta

Semejante forja de servicio de esta verdadera estrella internacional se presento en ¨silencio¨, en el Auditorio Amijai  en medio de una copiosa lluvia en el corazón del barrio de Belgrano. Aquellos que tuvimos el privilegio de tan magna cita, sin disimulos y con la gracia de por medio, quedamos flechados por este advenimiento imposible. 

Kathia Buniathishvili tiene sin duda un talento sin igual. Basta con oír un par de notas musicales. Con solo sentir como su instrumento y ella se condensan en algo mágico, como danzan en el aire y asi te transportan a un lugar que no entiendes bien de que va. Poco importa. Justamente allí radica lo embriagador, ya que no quieres alejarse de ese hechizo. Ese lugar erotiza tus moléculas y te sacan a danzar el baile nunca antes experimentado.

Conmueve ver a esta joven con su estampa arriba del escenario. Ni bien llega su imponente figura concentra una energía desbordante. Pero lo es aun mas el magnetismo colosal que tiene ella con el piano. Es fácil advertir que la artista solo quiere tocar su instrumento. Desde el primer acorde del genio en cuestión ( Chopin, Lizt, Horowitz, concierto con el cual se presento en Buenos Aires), ella se va por esa dimensión que abre y uno la sigue imantado en esa perfomance que cambia el contorno de tu geografía. Lo hace por la seducción de su impronta, por el imponente lenguaje de sus manos, enredandose con su mente y espíritu para concluir en tremenda sinfonia en el aire. Es tan poderosa su riqueza artística que tu ser se eleva al re-construirse con la savia de la cual se alimenta. 

No hay un solo telephono móvil filmando. O sacando fotografía alguna. El silencio, parte vital de la música, y de todo lenguaje que nos comunica, es parte del show. Allí, en el escenario, sucede algo que de tanto iluminar encandila. Te tan poderosa es lo que se recibe que tu consciencia ilumina sectores de tu ser que estaban allí, a la espera de ser encontrados. Es tan ¨violenta¨ esa visita,  que te brinda una paz que escapa a convención hecha por el lenguaje hablado. La intuición hace su aparición y algo poderoso emerge en tu ser. Al igual que la mariposa que baila alrededor de la fogata, no sabe porque lo hace pero no quiere irse de allí,  pues lo que la convoca es justamente la luz. 

Descartes dijo: ¨si un ser finito como yo, puede imaginarse a un ser infinito como Dios, ello confirma que Dios existe¨. Tras vivenciar tal tsunami artístico llamado Kathia Buniatishvili no quedan dudas que ese ser infinito, no juega a los dados. 

By Hugo Manu Correa 

                                          PROGRAMA DEL CONCIERTO EN BUENOS AIRES