"Traslasierra": Surrealismo incendiario
- Escrito por Hugo Manu Correa
- Publicado en Teatro / Críticas
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Selva, Libertad y Madre transitan sus días en la serranía cordobesa. Sus cuerpos están anclados en una realidad abastecida por la ausencia de una Padre-Esposo que articula el ecosistema emocional de sus existencias. Esa realidad se abastece además con el endiosamiento de la religión que conjuntamente con el costumbrismo pueblerino bordea y alimenta sus espíritus. El misticismo es un disparador espeso que termina monitoreando y configurando todos los signos del ecosistema de todo lo que les pasa-pasó-pasará.
“Traslasierra”, es una obra con varias capas dimensionales.: La dramaturgia (Gabriel Cosoy) se construye una mecánica de vínculos espesa, sórdida, oscura y en ese espiral gira un primer gran mérito.
El otro robusto logro estriba en el tránsito de los cuerpos por el espacio, en la desconexión (buscada) evidente que se traducen (todos) los vínculos. Se hace evidente una lograda patina en la que se trasunta palabra y acción que se desairan en su conexión. La dirección (Gabriel Cosoy), aposto a que en los ojos de (todas) las actrices (Susana Arata, Gabriela Illarregui, Florencia Mattioli, Graciela Strappa), sea el ojo del huracán de lo que allí se cocina. En los logrados trabajos de cada una de ellas, está la llamarada incendiaria de esta bella perlita del under porteño.
La otra capa notable es la configuración espacial: la serpenteante iluminación (Jorge Ferro), se destaca como un actor más en escena. En las sombras y en el propio foco emerge el camino que te conduce hacia una logradísima atmosfera. En medio de esa espesura, vemos-sentimos el “relinchar” de la tormenta de Santa Rosa. En esa noche como un faro, es donde se abate sobre sus cabezas un escenario en el que todo huele mal. Este logro ambiental hiela el alma de la platea. Se configura así una puesta en escena de las más logradas en el circuito off de Baires.
Una energía desconocida se sumerge sin previo-aviso y como un dragón suelta una llamarada invisible rompiendo la cuarta pared. Esto sumerge la historia y el propio relato, en una niebla que te invade y no te suelta hasta el final.
“Traslasierra” es una pieza surrealista que narra una historia donde lo ausente luce (muy) presente. Los disparadores que de allí se desprenden se disparan por varios caminos. Pero todos conducen a un mismo puerto: la realidad que las interpela impacta a los espectadores con la fuerza de la propia tormenta que las circunda.
By Hugo Manu Correa