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Críticas de Teatro

Maneries: Ser...o no ser, a través del cuerpo

En un mundo que bascula entre lo que se dice y  lo que se hace, en una sociedad que enuncia (denuncia) la gran brecha existente entre el propio discurso y la  acción (en no pocos hechos), en vínculos en que lo epidérmico es sinónimo de profundidad, se tiene como soporte a “La Palabra”: vaso comunicante de lo bueno y lo malo que le ha pasado y le pasa al mundo. Con la seducción que la propia palabra provoca, con la facilidad que nos alegra o entristece, con lo dificultoso que resulta reparar el daño  provocado,  justamente, la palabra se ha distanciado de “El Lenguaje”: lo que verdaderamente nos comunica.

En "Maneries" se asiste en un lugar/espectáculo discursivamente en las antípodas de lo arriba descripto. El cuerpo de Florencia Vecino es su (único) enunciador, y lo hace con admirables posturas, con acciones jugadas, con recursos acrobáticos multiplicados y originales llegando a  hipnotizar al espectador, logrando en muchos pasajes incomodarlo, en otros interpelándolo y  en otros (la gran mayoría) directamente subyugándolo.

Durante la hora y media que dura la fantástica performance,  Florencia Vecino muestra una destreza que contiene una entrega absoluta, con un compromiso admirable, poseyendo además un gran convencimiento actoral, que despierta admiración de principio a fin.  Las varias capas de música (Mauro Ap)  pop/dance/tecno le otorgan un aceitado mecanismo de relojería que acompaña sin “sublevarse” a la performance. La moderna música, donde se apoya esta notable creación, es el cuerpo espiritual de la obra y sostiene la sutil-adrenalina del espectáculo sin  aturdirnos a pesar de su elevado espesor musical.

Esta original y arriesgada idea de Luis Garay, fue creada conjuntamente con Florencia Vecino, (en la cual un par de gritos y alguna exhalación será todo lo “que dice”), quien hace viajar al espectador a través de las posturas que adquiere su cuerpo; y lo entrega literalmente a crear movimientos o “fotografías” de la mismísima Isis,  del hombre de Nethertal, del simio, del hombre actual y su sometimiento al sistema bajo los distintos iconos políticos, que repasan revoluciones y totalitarismos.

El cuerpo es el arma del actor y Florencia Vecino conoce su anatomía hasta el último músculo de su herramienta fibrosa y estilizada que adquiere la fisonomía de cualquier cuadro, escultura, fotografía, hombre, hecho, circunstancia social y política alrededor de la historia del hombre. Todo desde la  plasticidad de su trabajo que gana durante varios minutos muchos aplausos.

Señores de pie, una obra distinta, subyugante, jugada, penetrante como una potente piña que nos mueve de la silla para luego dejarnos anestesiados. Basta de palabras, el cuerpo tiene que hablar. Es tiempo de "Maneries".

Creación: Florencia Vecino & Luis Garay
Performer: Florencia Vecino 
Música original y en vivo: Mauro AP
Prensa: Simkin&Franco
Fotografía: Eduardo Alcón Quintanilha
Idea & Dirección: Luis Garay
Reestreno: domingo 6 de marzo a las 18hs., domingos a las 18hs, Camarín de las Musas, Mario Bravo 960, 4862-0655, $45/ $25 (jubilados y estudiantes)

La Última Habitacion - El despertar de Clara

VIAJE A OTRO MUNDO EN CLAVE DE HUMOR.

"No les avise, ni a los de allí ni a los de acá”, así se manifiesta Clara (Luisina Di Chenna) en referencia a los dos mundos en los que transita su vida y que sólo ella conoce. Uno es su delicado estado de salud que lo atraviesa rodeada por quienes la cuidan, y el otro es el lugar hacia donde viaja en medio del trance que recorre.


La expresión de Clara sintetiza el soporte por el cual viaja "La Ultima Habitación", hermosa obra que está concebida en clave de comedia, y que recurre al clown para descomprimir aun más la realidad, cuyo relato tranquilamente pudo ser mucho más denso. Su grave estado de salud es el centro de esta “tragedia”, que mantiene en velo a un doctor y a su enfermera al igual que a El Negro (esposo de Clara).

Solo 48 hs. le quedan a Clara de cobertura médica y ese es otro conflicto que los enfrenta al doctor (Maximiliano Trento) y a su enfermera Mabel (Sol Lebenfisz), quien junto a El Negro (Gabriel Páez) confía que Clara tendrá la recuperación de su salud. Sin embargo, Clara en medio de la espesa realidad logra captar cuanto la rodea. Ella consigue saber (en Su Despertar) que el doctor es un buen cantante, que su enfermera es una buena persona y que El Negro, sigue queriéndola, y que está a su lado para acompañarla.

 

A la plasticidad en los cuerpos -cuya elasticidad y elegancia esta bien aceitada y despojada de artificios- se le suma una puesta que colabora con la frescura que recorre la obra. Dicha habitación posee los elementos básicos de una sala de sanatorio, pero aquí tiene los colores blanco y celeste enaltecidos con una precisa luz que borra lo oscuro que suele apoderarse en estos lugares.

Un gran logro se advierte en la sincronización que hay entre la dramaturgia y la dirección (Walter Velásquez). En boca de personajes estupendamente bien compuestos, el texto siempre es sopesado con justas intenciones para luego salirse de su cauce normal y descolocar con sus “salidas”. Allí el cuerpo acompaña esta decisión y lo hace auxiliado por una buena plasticidad  dónde el clown tiene un rol preponderante.

En el rubro de gran acierto merece subrayarse el soporte de video arte (Agustín Demichelis), que fue elegido para dar a conocer la noticia del milagro de la recuperación de la salud de Clara. Los graf con las noticias hacen de la delicia del público y este elemento ocurrente y acertado va en sintonía con la personalidad de los 4 personajes, subiendo así la apuesta, sin por ello perder la sólida estructura con la cual viaja esta buena comedia.

La música tiene un rol muy destacado siendo un actor más que colabora con la puesta en escena, dando a conocer la paleta de colores de las emociones de los personajes. Las melodías van al compás de la filosofía y del carácter de estos cuatro protagonistas queribles y simpáticos, que todo el tiempo “se burlan” de la seria situación, y logran descomprimir la densidad que los rodea con un gran trabajo actoral, al igual que los restantes rubros de esta equilibrada y hermosa obra.

 

El Despertar de Clara

Elenco: Luisina Di Chenna, Gabriel Paez, Gonzalo Alfonsin, María Jimena López
Dramaturgia y Direccion: Walter Velazquez

Asistente de dirección: Flavia Salto
Asistente: Belén Pedernera
Diseño de luces: Ricardo Sica
Escenografía: Ariel Vaccaro
Vestuario: Soledad Galarce
Videos: Agustín Demichelis
Fotografías: Clara Muschietti
Producción ejecutiva: Andrea Feiguin
Diseño gráfico: Cristian Palacios


Teatro Anfitrión

Venezuela 3340  – Capital Federal
Funciones: Viernes a las 20:30
Reservas: Tel. te 011-49 31 21 24
Localidades $ 40 (descuento estudiantes y jubilados $30)

 

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