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Críticas de Teatro

La espera de lo extraordinario: La vida terrenal.

lavidaterrenalantiguePor Jimena Cecilia Trombetta
En el marco del Ciclo Vos en  Elefante Club de Teatro que comenzó con “Asco”,  Santiago Loza y Lisandro Rodríguez,  dupla altamente prolífica, sorprenden nuevamente con “La vida terrenal”  los viernes a las 23 horas. Esta pieza con la actuación de Verónica Hassan, se luce de maravilla en el pequeño espacio que se construye en la sala del Elefante. Allí un espacio que hace desde la escenografía, los objetos y el vestuario alusión a un natatorio, lugar predilecto de la protagonista que se dispone a narrar por medio de capítulos la historia de su vida, o mejor dicho algunos fragmentos importantes que considera dignos de recordar.

Santiago escribe en el programa de mano, los motivos de esta historia “rota”, una historia reconstruida humanamente por la memoria, que caprichosamente selecciona y construye a su elección el origen de un ser.  En esa idea que Santiago expone, misma idea con la que se desarrollan sus obras (Nada del amor…,  Asco,  Sencilla), se indaga sobre la verdad de la existencia, sobre su posible reconstrucción, sobre su valor. Y entonces, pasa a ser un factor importante lo extraordinario, lo extraño, lo que se rebela frente a la humanidad.

Es así como el personaje de Verónica Hassan, cuenta su verdad terrenal como un destino casi vacuo, doloroso y limitado, que se justifica frente a esa misión extraordinaria que espera pacientemente, mientras convive con la locura de su madre, mientras cambia de la infancia a la adolescencia, mientras trabaja rutinariamente en una fábrica.

En este recorrer existencial, ella relata hacia el espectador y fracciona las escenas a su gusto, dejando por momentos imágenes que retoma con interludios musicales, quizás esa imagen extraordinaria, sumamente plástica, que pausa el tiempo “oficial”, sea su misión, o quizá sea un modo de esperar a esta amablemente.  Por lo pronto embellece la puesta y deja en claro la imposibilidad de encontrar una explicación a todo (una de las características humanas que destaca la protagonista). Y mecha un estado emocional calmo con los diversos que transita, modificándonos, haciéndonos viajar  por su universo interno.

Pero dejar un sabor nostálgico en esta nota no permitiría entrever el modo con el que se transitan estas emociones que mucho tienen de este sabor, pero que se llevan a escena con humor, que se exponen con ridiculez (en el buen sentido de la palabra), que se buscan con nuestra empatía, que apuntan a los propios recuerdos. Entonces,  “La vida terrenal” esta obra que logra desarrollarse en un solo espacio gracias a la habilidad actoral, a la calidad de dirección y a la dinámica de la dramaturgia, recorre risueñamente esta vida rota y fragmentada, que cree recuperar un pasado, que apunta hacia un futuro, pero que se encuentra limitada en un presente, todo por lo que significa aquí el tiempo, todo por no tener un cuerpo extenso, tal como lo tiene Hassan cada vez que la interpreta a “ella”.

La vida terrenal.
Dramaturgia:
Santiago Loza.
Dirección: Lisandro Rodríguez.
Intérprete: Verónica Hassan.
Escenografía y vestuario: Mariana Tirantte.
Diseño de luces y fotografía: Nora Lezano.
Asesoramiento corporal: Leticia Mazur.
Música Original: Jape Ntaca.
Producción: María Sureda y Lisandro Rodríguez.
Prensa: María Sureda.
Elefante Club de Teatro, Soler 3964, 4821-4425, viernes 23 horas.