Entrevista a Lautaro Perotti: entre lo bello y lo triste
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“Porque todo sucedió en el baño” es la obra de Lautaro Perotti que se da los viernes a las 22 horas en Timbre 4. Esta obra de cuatro personajes apunta a mostrar el universo interior de cada uno de ellos, un universo no siempre dicho, muchas veces poco explorado. Y ese desconocimiento se muestra pausadamente en los motivos de los personajes, en sus gestos, en la forma fragmentada de la dramaturgia y en el tipo de construcción que se realiza con la escenografía desde la puesta. “Porque todo sucedió en el baño” recuerda en su dinámica ese acontecer precipitado, ese caos que surge aparentemente de la nada y que el teatro tiene la habilidad de exponer.
¿Qué te movilizó a crear "Porque todo sucedió en el baño"?
Hace algunos años, mientras estaba de gira por Europa, estaba leyendo la novela “Lo bello y lo triste” y algo de esa novela me disparó la escritura de una escena en la que aparecieron los personajes y esa forma tan particular de relacionarse entre ellos. Creo que descubrir esos vínculos entre los personajes fue lo que me atrapó y me impulsó a seguir escribiendo.
"Porque todo sucedió en el baño" es el cruce de las historias de Pablo, Matías, Leandra y Lala, cuatro personajes que viven por algo que nunca pueden poner en palabras, que no saben siquiera cómo nombrar, aunque crean que todo está dicho.
Creo que todas las obras de teatro están atravesadas por aquello que conmueve o moviliza a su creador. En el caso de esta obra, creo que fue la fragilidad de cada uno de los personajes y lo que para cada uno es imposible decir, los secretos que cada uno calla, y lo que cada uno hace para no perder al otro, lo que me movilizó a contar esta historia. Me conmueve profundamente pensar en estos seres atados a un tiempo pasado que no pueden dejar atrás, atados a los silencios propios y los ajenos, atados a la sensación asfixiante de que no podrían vivir sin el otro, atados a la desesperación de no saber muy bien quién se es lejos del otro.
¿Cómo fue el proceso de la dramaturgia?
Escribir Porque todo sucedió en el baño fue un proceso muy lindo. Escribí una primera versión antes de comenzar los ensayos, y con ese material investigamos durante varios meses con los actores. A partir de los ensayos, hice algunas modificaciones al texto original en función de determinadas necesidades que solo uno puede detectar al momento de poner a prueba el texto escrito en la escena, en el cuerpo, en la voz de los actores. Así llegué a la versión definitiva de la obra.
¿Cómo fueron trabajando los personajes?
Trabajamos mucho con los actores para que cada uno pudiera construir individualmente todo aquello que ocurre por debajo del texto. Qué son esos silencios que cada uno calla. Y trabajamos también mucho la historia en común entre ellos y la necesidad que cada personaje tiene del otro, de la presencia del otro. De alguna manera, esa necesidad del otro impostergable, esa necesidad visceral, casi irracional, es el motor que impulsa la serie de pequeñas cosas que cada uno de los personajes va haciendo para acercarse al otro o para retener al otro ante la posibilidad de perderlo. En términos técnicos, trabajamos tanto con las escenas de la obra como con improvisaciones.
¿Cuáles son los motivos por los que fragmentás el relato de la historia?
La obra cuenta la historia de sus personajes en dos tiempos distintos. Un pasado y un presente que es el resultado de eso que sucedió en el pasado. Creo que la mejor manera de contar la historia de los personajes es alternando las escenas del pasado y el presente, porque se van completando la una a la otra y permiten leerlas desde determinado lugar.
Al articular pasado y presente en el montaje elegí trabajar también el contrapunto en la forma de habitar el tiempo que tienen los personajes en cada momento de sus vidas: las escenas que ocurren en el baño tienen una puesta en escena dinámica y algo frenética, y la acción se sucede con un vértigo veloz, más desenfrenado. Las escenas que transcurren en aeropuerto, en cambio, son estáticas y están desprovistas ya de toda urgencia. Allí, en ese aeropuerto que reúne por azar nuevamente a los personajes, pareciera que el tiempo - al menos para ellos - estuviera detenido.
A mi parecer la obra mantiene una dinámica que tensa los espacios en todo momento ¿Por qué decidiste mantener ese ritmo en la obra?
Hay algo de la dinámica tensa que está presente casi toda la obra, no por una decisión arbitraria de dirección, sino porque es el modo de relacionarse de los personajes. El secreto, la imposibilidad de nombrar eso que nos pasa produce una tensión muy particular en los modos de relacionarse. Al mismo tiempo, la presencia del otro, produce en ellos una tensión. Para estos personajes tener cerca al otro es tenso, sobre todo porque siempre hay algo que no se dice, que se oculta, que se calla, pero pulsa.
La dialéctica entre lo que no se dice y lo que pulsa por debajo de las acciones es la que produce la tensión de cada una de las situaciones.
Porque todo sucedió en el baño
Autor: Lautaro Perotti.
Dirección: Lautaro Perotti.
Asistencia de dirección: Mariana Mazover
Intérpretes: Alejandra Carpinetti, Andrés Ciavaglia, Juan Ruy Cosín y Francisca Ure.
Escenografía: Sol Soto.
Iluminación: Omar Possemato.
Timbre 4, viernes 22 horas.
Creo que todas las obras de teatro están atravesadas por aquello que conmueve o moviliza a su creador. En el caso de esta obra, creo que fue la fragilidad de cada uno de los personajes y lo que para cada uno es imposible decir, los secretos que cada uno calla, y lo que cada uno hace para no perder al otro, lo que me movilizó a contar esta historia. Me conmueve profundamente pensar en estos seres atados a un tiempo pasado que no pueden dejar atrás, atados a los silencios propios y los ajenos, atados a la sensación asfixiante de que no podrían vivir sin el otro, atados a la desesperación de no saber muy bien quién se es lejos del otro.
¿Cómo fue el proceso de la dramaturgia?
Escribir Porque todo sucedió en el baño fue un proceso muy lindo. Escribí una primera versión antes de comenzar los ensayos, y con ese material investigamos durante varios meses con los actores. A partir de los ensayos, hice algunas modificaciones al texto original en función de determinadas necesidades que solo uno puede detectar al momento de poner a prueba el texto escrito en la escena, en el cuerpo, en la voz de los actores. Así llegué a la versión definitiva de la obra.
¿Cómo fueron trabajando los personajes?
Trabajamos mucho con los actores para que cada uno pudiera construir individualmente todo aquello que ocurre por debajo del texto. Qué son esos silencios que cada uno calla. Y trabajamos también mucho la historia en común entre ellos y la necesidad que cada personaje tiene del otro, de la presencia del otro. De alguna manera, esa necesidad del otro impostergable, esa necesidad visceral, casi irracional, es el motor que impulsa la serie de pequeñas cosas que cada uno de los personajes va haciendo para acercarse al otro o para retener al otro ante la posibilidad de perderlo. En términos técnicos, trabajamos tanto con las escenas de la obra como con improvisaciones.
¿Cuáles son los motivos por los que fragmentás el relato de la historia?
La obra cuenta la historia de sus personajes en dos tiempos distintos. Un pasado y un presente que es el resultado de eso que sucedió en el pasado. Creo que la mejor manera de contar la historia de los personajes es alternando las escenas del pasado y el presente, porque se van completando la una a la otra y permiten leerlas desde determinado lugar.
Al articular pasado y presente en el montaje elegí trabajar también el contrapunto en la forma de habitar el tiempo que tienen los personajes en cada momento de sus vidas: las escenas que ocurren en el baño tienen una puesta en escena dinámica y algo frenética, y la acción se sucede con un vértigo veloz, más desenfrenado. Las escenas que transcurren en aeropuerto, en cambio, son estáticas y están desprovistas ya de toda urgencia. Allí, en ese aeropuerto que reúne por azar nuevamente a los personajes, pareciera que el tiempo - al menos para ellos - estuviera detenido.
A mi parecer la obra mantiene una dinámica que tensa los espacios en todo momento ¿Por qué decidiste mantener ese ritmo en la obra?
Hay algo de la dinámica tensa que está presente casi toda la obra, no por una decisión arbitraria de dirección, sino porque es el modo de relacionarse de los personajes. El secreto, la imposibilidad de nombrar eso que nos pasa produce una tensión muy particular en los modos de relacionarse. Al mismo tiempo, la presencia del otro, produce en ellos una tensión. Para estos personajes tener cerca al otro es tenso, sobre todo porque siempre hay algo que no se dice, que se oculta, que se calla, pero pulsa.
La dialéctica entre lo que no se dice y lo que pulsa por debajo de las acciones es la que produce la tensión de cada una de las situaciones.
Porque todo sucedió en el baño
Autor: Lautaro Perotti.
Dirección: Lautaro Perotti.
Asistencia de dirección: Mariana Mazover
Intérpretes: Alejandra Carpinetti, Andrés Ciavaglia, Juan Ruy Cosín y Francisca Ure.
Escenografía: Sol Soto.
Iluminación: Omar Possemato.
Timbre 4, viernes 22 horas.