Críticas de Teatro

¨Conejo blanco, conejo rojo¨: Alegoría de un dolor

 Distinta. Original. Sin pose. Con el coraje como bandera. Con la fuerza de aquello que esta soterrado y debe ser puesto en superficie. ¨Conejo blanco, conejo rojo¨, es el grito de un poeta que de manera metafórica narra el sopor que se ha colado en sus huesos, sangre y en su alma. 

          
               Nassim Soleimanpour es un joven dramaturgo (talentoso) originario de Iran. Nació a comienzos de los años 80 y le ha tocado experimentar sus días con dos miradas. La que absorbe análogamente a diario en su país y la que virtualmente recibe desde afuera de su tierra persa. Esa perspectiva que le dan el universo de internet le permite interpelarse-nos y a la vez proclama un ensayo filosófico. 
 
       En esta sutil y brava obra NS, utiliza como disparador de la obra, un recuerdo que le ajo el alma desde su niñez. Un familiar realizo macabros experimentos con conejos y ese elemento es constitutivo de la pieza. Ello es utilizado por Nassim como símbolo para dar cuenta la textura política y cultural que se absorbe en su tierra. 
 
         La obra de una hora de duración tiene rasgos particulares. El primer gran logro es que su impronta no es estruendosa. No hay acantilados, ni golpes bajos, ni estridencias altisonantes. La obra transita durante todo el recorrido una meseta, aunque la obra no esta ausente de impactos. Lo logra con giros que llegan de golpe. Lo hace con pocas palabras y de manera tan precisa como estupenda. 
 
  Ese periplo tiene una narración entre solapada, fina y directa. El envase de la dramaturgia tiene un envoltorio que atrae. Su costura es solida, entretiene y cuando se lo propone, impacta. A su vez, interpela. Da cuenta en forma ingeniosa pero sin alardes, de como es su país la maquinaria política ejerce el poder. De como esa violencia determina sus días. En como ello desdeña y modifica sus existencias. 
 
 La pieza esta narrada oralmente en forma ¨virgen¨ por un actor-actriz. El vínculo a cuarta pared es un elemento fuerte de la pieza. Tanto como algunas sorpresas que robustecen la propuesta. La narracion, en tanto, báscula entre este pieza escrita en 2010 y el rastro emocional que va dejando en los presentes. 
 
 
Ese es un impacto que la obra tiene como misil bien dirigido: Les espeta a los presentes, ¿ que harán ante esta situación que se esta cocinando en sus narices ? Como diciendo que en oriente o en occidente, la conciencia juega el mismo partido. De que todos somos actores políticos y que nuestros actos resetean el ecosistema de vivir en comunidad. Que nuestras desiciones (todas), importan. Y de que modo tan fuerte lo hacen. 
 
  ¨Conejo blanco, conejo rojo¨, es un unipersonal que rota de actor de función en función. En una de ellas la caracterización estuvo a cargo de Julieta Venegas. La artística mariachi tiene carisma, frescura y naturalidad. Esos atributos le dieron un cálido matiz a la pieza. La llevaron a buen puerto pues el hilo narrativo siempre se mantuvo en eje. Siempre respeto ese trazo grueso, aunque no le dio solemnidad, ni bravura. La obra de por si esta bien enmarcada. JV se limito a que la propia obra se luzca. El brillo de JV esta presente (siempre), mas allá de correrse del primer plano. JV eligió un decir rioplatense que le dio cercanía ya que lo hizo con solvencia. No obstante, queda la duda de como hubiera quedado la narración si se hubiera comunicado con su cadencia original, ya que tiene un brillo especial esa voz que tanto ángel le da a su arte. 
 
¨Conejo blanco, conejo rojo¨, es una alegoría, es un poema, como tal tiene belleza y también dolor. Es una pieza preciosa-doliente-valiente, en la que se sublima pesares pretéritos y otros mas cercanos en el tiempo.          
 
 
By Hugo Manu Correa