Críticas de cine

¨Wind River¨: Enajenamiento opresor

¨Estamos rodeados de ignorantes, de seres que pasan por la vida mirando sin ver, oyendo sin escuchar y hablando sin decir nada¨. Aristóteles 

 

 Silencio, montañas y nieve. Alli estan ellos están absorbiéndos por la naturaleza. Y también lo estan los ¨otros¨ quien lo padecen, enajenados.

 

Un aborigen y un blanco con espíritu vinculado a la tierra. Cori Lambert (Jeremy Renner) es un cazador con el alma ajada. Lo propio que su familia y sus amigos aborígenes. Una pista en la nieve y las huellas con sangre en la nieve presagian lo peor.  Jane Banner ( Elizabeth Olsen), es un agente del FBI  enviada desde Las Vegas literalmente con lo que tiene puesto. Ni sus superiores ni ella han magnificado la crudeza de lo que allí se avecina. Aquí el guion de Taylor Sheridan nos da la primera gran pista de la historia. Un fuerza federal despistada. Una mujer originaria de Fort Lauderdale (Florida) cae a Wyoming y la situación la desborda. Del sol a la nieve. Del calor y la playa a lo inhóspito. 

 

La historia va sin disimulo derecho al blanco. La caza es simple. Directa. Filosa. Los vaquéanos (no cowboys), hombres de la reservación olfatean lo que allí se ha consumado algo macabro. 

 

Taylor Sheridan ( guionista de Sicario y de Hell or Higt Water), no anda con moralina. No abastecen su literatura cinematográfica con metafísicas abstractas. El universo que manejan es puro, seco, sin rodeos. Tiene un respeto reverencial por trasmitir la verosimilitud de cómo cada sujeto construye su realidad en aquel paraje. En este caso, lo hacen con los blancos que viven con incordio en una tierra que la sienten hostil. La cinta se apoya en el lacónico lenguaje hablado. La bravura con la cual le dan sustento a la trama con pinceladas violentas de cuanto observen los personajes. Y además, en el pincel cincelado que es la pulsión sensorial del film. Ello es como un elástico tenso que durante todo el recorrido exuda el instinto animalesco de los personajes. 

 

Wind River no anda con slogan al volante, si por momentos está algo sobradada, pero se celebra en pos de agitar las aguas del adormecimiento diario que alimenta la frivolidad, el desconocimiento y la cocificacion reinante. El aborigen es presa del pisoteo con que avasallan su cultura. El blanco ecualizar de manera lineal su vida y de esa manera pretende arrastrar a todos. De forma sesgada sojuzga y pretende espejar su mirada, poniéndole un velo al aborigen y su impronta. 

 

Mientras la caza avanza varias píldoras morales impactan en el blanco de los espectadores: el hombre y el puma con sus crías se observan y ambos universos tienen un comportamiento solemne. Lejos del hombre que se siente atrapado en un clima donde el silencio y la nieve los siente como opresores de su realidad. 

 

En su opera prima Sheridan mantiene el volante firme durante todo el metraje. La tensión del drama está presente en todo el film. La fragmentación del relato la saca del envase convencional. Le da un sopor de crudeza, fuerte carnadura e instinto animal a quienes llevan la cinta. El ritmo tiene a su vez un respeto reverencial por el lugar que es pieza central de la historia. El montaje no ha elegido ser efectista, más allá de las lógicas convenios de un thriller de suspenso. Desde la dirección Sheridan matizo un logro mayúsculo apreciando ello en los vínculos y el poderoso magnetismo que se trasunta entre ellos. 

 

 

By Hugo Manu Correa 

 

Título original
Wind River 

Año

Duración
110 min.

País
Estados Unidos Estados Unidos

Director

Guion
Taylor Sheridan

Música
Warren Ellis

Fotografía
Ben Richardson

Reparto
            

Productora
Thunder Road Pictures. Distribuida por The Weinstein Company

Género
Thriller.  Intriga |  Cine independiente USA.  Policíaco.  Crimen

Sinopsis
Una agente del FBI se alía con un veterano rastreador local para investigar un asesinato ocurrido en una reserva de nativos americanos... Ópera prima del guionista de "Sicario" y "Comanchería". 

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