Críticas de Teatro

Gorostiza x 2: Idilio Trunco

 Dos historias.Dos triángulos. Una postergada. Otra actual. Una historia que puede ser otra cosa, pero en el mientras tanto el tiempo o el fuego se encargan de contaminarlas. Ambas se disuelven para que sendos idilios amorosos transiten (solo) por momentos lo concreto y deseado para llegar a la bahía del pudo haber sido, del quizás.


A propósito del tiempo
Natalio (Jorge Ochoa) y Rosa (Marcela F. Señor) se conocen. Se conocen mucho. La rutina es su universo. Son muchos años juntos. Un reloj espolea sus vidas. El tiempo tiene un microclima que ha puesto rancio y vacuo sus existencias grises. La distancia física en el living es una sintaxis de sus vidas.
Un golpe en la puerta todo lo modifica. Carmelo (Guido D'Albo) apareció luego de mucho (mucho) tiempo para cambiar el aire y dinamizar tanto a uno como a otro.
Se percibe que detrás de la  dinámica de los diálogos, detrás del júbilo y la enfática conexión que los gobierna los 20 años que han pasado son parte de un capitulo que no ha cerrado.
La dramaturgia (Gorostiza) articula en su ajedrecístico transito una vitalidad que da profundidad dramática a los tres personajes. El tiempo con un reloj de testigo pareciera que los ha modificado. En realidad no. Sus fisonomías interiores buscar armar algo que los tres esconden, algo que esta en suspenso.
La obra es dueña de solidas actuaciones en los tres casos dándole brillo a cada párrafo, a cada silencio, a cada vínculo emocional que el tiempo parece haber ajado en sus vidas.
20 años no es nada dice el tango de Gardel y aquí es admirablemente utilizado como punta de lanza para dinamitar la realidad. Quizás nada es lo que parece.
Obra que intercala en su curvatura dramática durante todo su recorrido tanto suspenso como risa haciendo de esta hermosa pieza no solo un bellísimo rito teatral sino un sólido entretenimiento e impecable lección de vida.
Hay que Apagar el Fuego
Libertad esta ahogada. Su vida es un martirio emocional. El mejor amigo de su esposo (Pascual - Gustavo Brenta) está allí y es una tentación. En realidad es algo más. Comparten tanto sus escarceos amorosos como la imposibilidad que la amistad del ausente Cayetano no permite. La moral los acusa. Pascual llega y el drama comienza o en realidad inaugura giros en círculos para que sus vidas (las tres) sigan en un recorrido fangoso.
Cayetano (Sebastian Argañaraz) es un bombero. Su amor a la profesión y sus deseos irrefrenables (hasta utópicos) por apagar incendios no lo hacen ver que otro siniestro merodea.
La dramaturgia puso a Cayetano como metáfora poética de sí mismo y entorno a quien gira esta linda obra.  La misma  entretiene en todo el trayecto, aunque no tiene la savia que alimenta la química-vínculos de los personajes (en algunos pasajes),  diluyendo así la curvatura dramática.
La dirección (al igual que A Propósito del Tiempo) de Norberto Gonzalo supo dotar a los tres actores de una dinámica que conjuga tanto el añejo conflicto interior que los domina, así como hacer lucir la dramaturgia al darle a los intérpretes elementos que potencia las obras, otorgándoles cuerpo, textura y verosimilitud.
En ambas obras es soberbia la actuación de Marcela Fernández Señor, quien utiliza una gran paleta de textura emocional dotando a ambos personajes de una profundidad admirable.

By Hugo Manu Correa

Ficha técnico artística
Vestuario: Lucía Trebisacce
Escenografía: Carlos Bustamante
Diseño de luces: Alejandra Dziewguc, Norberto Gonzalo
Diseño sonoro: Alejandra Dziewguc
Fotografía: Ramiro Gomez
Diseño gráfico: Ramiro Gomez
Asistencia de dirección: Patricio Gonzalo
Prensa: Laura Brangeri
Producción ejecutiva: Ana Vinueza
Puesta en escena: Norberto Gonzalo
Dirección: Norberto Gonzalo
TEATRO LA MÁSCARA
Piedras 736 
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4307-0566
Entrada: $ 60,00 - Sábado - 21:30 hs