Críticas de Teatro

Brasil: La existencia

               La Existencia 

 
Revolucionario será aquel que pueda revolucionarse a sí mismo. Vermischte Bemerkungen.
 
Unipersonal notablemente interpretado por María Ucedo que intercala entre trama y sub-trama,  la pesada carga que tiene sus preguntas sobre lo existencial y sus no pocas derivaciones. 
 
Ella es una joven que no tiene  nombre pero si muchas preguntas.
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 La palabra dicha sirve para aliviar la carga (de sus angustias e interrogantes) entreteniendo con una sub-trama que discurre sobre las simpáticas experiencias que le toca atravesar. No son sino resultante y disparador para nuevas búsquedas. 
 
 
“La perseverancia trae ventura”, dirá. “Los márgenes-limites sirven para ordenar”, reflexionara
 
 
En cambio los silencios y la acción de su propio cuerpo articulan el motor donde rige todo sus preguntas y sinsabores.
 
 
La semántica de la obra se apoya en signos de lo más ricos y variados (cuerpo, silencio, música, imágenes),  que como semáforos nos van guiando –no subestimando-, sobre lo fútil en el arte de vivir. 
 
 
 Para distraer-entretener- aparece la sub-trama como consecuencia de sus dolores: Su novio la ha dejado y su monologo entretiene al narrar las peripecias (como ir al psicólogo y  el mucho dinero que debió gastar) que la llevo su fallido vinculo amoroso. 
 
 
“Vivimos en un estado constante de perdida”, dice y así atomiza todo el porqué de sus contradicciones, decisiones y búsquedas incesantes. Placas (odontolóligas) "hablan" alli de los dientes y la constante perdida que de ellos tenemos siendo estas inmortales
piezas una metáfora ante la efimara vida.
 
 
Un cuadro y su desintegración nos muestran el nucleo temático de la exposición. El literal derretimiento condensa el centro del conflicto que verbaliza como intentando exorcizarse de ello.
 
 
Su cuerpo en la inmensidad de un escenario lleno de huevos que como estrellas desperdigas en todo su espacio resulta un cosmos por el cual viaja y recorre en silencio (primer gran signo de Brasil) durante varios minutos. 
 
 
La metáfora allí acontece cuando ella quiere (pretende) unificar-juntar todo ese universo que la circunda. Si bien lo consigue, ello resulta un espejismo a la luz de los hechos que se suceden en sus varios tránsitos.
 
 
Entonces la búsqueda interior (explicitada al ingresar en una bolsa verde), la convoca para viajar hasta el carozo de su ser. Allí se encuentra con Mario quien la sumerge en más preguntas y su desorientación no hace más que re-comenzar. 
 
 
Un gran pantalla nos trae paisajes-videos -provistos de tanta belleza como desolación-, donde la protagonista (en algunas de ellas) se sumerge y nos narra sus vivencias-sentencias y claro... mas dudas.
 
La obra se apoya (

sabiamente)

 más en lo inductivo que en lo explicativo. Allí esta su gran acierto ya que además de no abrumar y ser condescendiente, Brasil solo (se) hace preguntas y las narra en un lenguaje coloquial, ameno y con solida convicción artística.
 
 
 
Brasil posee desdoblamiento emocional intercalado con lo existencial, con lo cotidiano. Así la pieza prueba distintas profundidades de los tópicos que aborda. Lo eficaz de la obra es que el propio relato actúa como un espejo del tema que enuncia: la vida cambia a cada rato y cuando acostumbrarnos a algo este no hace más que disolverse ante nuestro ojos, pareciera decirnos la obra. 
 
 
Filosofía. Palabras. Cuerpo y sus muchas transiciones. Imágenes. Soledad. Ideas. Preguntas y más preguntas. Relato fragmentado con admirable performance corporal. Así se vivencia Brasil, obra que tiene un inteligente propuesta, sólidamente dirigido, notablemente actuado y que tiene anémica cierta empatía o distanciamiento con el público, no obstante lo cual la obra sale indemne y  el resultado es una pieza poética, sutil y con riesgo que le dan brillo de principio a fin.
 
 

By Hugo Manu Correa

 

 

 

BRASIL
 
Ficha técnico artística
 
Intérpretes: María Ucedo
Diseño de vestuario: Cecilia Ximenes
Diseño de escenografía: Celina Saubidet
Diseño de luces: Ricardo Sica
Edición de video: Federico Castro
Video: Damián Canduci, Juano Jaureguiberry
Música original: Javier Estrin
Fotografía: Alejandro Guyot
Diseño gráfico: Juano Jaureguiberry
Asistencia de escenario: Dante Bazzano, Rocío Tuma
Asistencia de dirección: Maqui Figueroa
Producción ejecutiva: Rebeca Checa
Producción general: María Ucedo
Dirección: Ana Frenkel, María Ucedo
Duración:  60 minutos

 

 

 

 

 
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