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Críticas de Teatro

Viaje de un largo día hacia la noche: Tormentos Tóxicos- Exfoliando el Dolor

Hay obras  que trascienden los rótulos de pertenencia al teatro off, comercial, alternativo y demás “etiquetas”.  Esas obras representan un gran viaje para el cual conviene  desarmar previamente los posibles pre-conceptos para liberar  así el camino y solo dedicarse a disfrutar de un paisaje, cual espectáculo teatral.  Estas verdaderas sublimes creaciones se elevan y desde lo alto, el público puede absorber con mas pureza la natural solemnidad con la que están construidas. En “Viaje de un largo día hacia la noche” se asiste a una brillante versión comandada por Villanueva Cosse que el Teatro Regio dio como marco a la bienvenida en la segunda semana de septiembre.

Fin de semana de verano en una casona  para tales fines. Allí esta una familia. Padre (James Tyrone), Madre (Mary)  y dos hijos varones (Edmund y Jimmy). El sosiego ira trepando de sus almas cual musgo cubre sus dolientes vidas y dará pie a un puzzle en donde el pasado aun esta siendo moldeado, y consecuentemente deformando sus presentes. Allí la culpa, el dolor, el rencor, el odio, remordimientos varios harán sostenidamente sus apariciones martirizándolos a todos con preciso y ecuánime penar.

 El desvarío se ha instalado en sus vidas dando lugar a recriminaciones dolientes que son escupidas como exfoliando tanto sufrimiento desde sus vísceras, pero la mente sale en auxilio para sofrenar esos punzantes aguijones, y el corazón apagará  el incendio de tanto tormento.

“Viaje de un largo día hacia la noche”, fue escrita por el consagrado escritor Estadounidense Eugene O’Neill quien tuvo una vida atravesada por infortunios varios, entre los que se incluyen enfermedades, alcoholismo, y las tragedias con que articuló la vida junto a su familia. El “pase de facturas” emocional será el equipaje del “prospecto” de este envase, que a manera de autobiografía E.O., dio testimonio en esta descarnada y excepcional obra. Su vida esta retratada como un fresco al derecho y al revés en esta soberbia obra de principio a fin, la cual fue dada a conocer por su tercera esposa (Carlotta) 3 años después de su muerte transformándose en una obra maestra.

Quien tuvo el enorme –riesgoso- desafío de tomar las riendas de este proyecto y que salió luminosamente victorioso de ello es Villanueva Cosse. El actor-director Uruguayo se introdujo de lleno y en cada rincón de esa alma perturbada  y llena de padecimientos como fue la de  Eugene O’Neill. Villanueva Cosse conmueve con dos actos soberbios, llenos de pureza actoral, de emocionalidad genuina e intensa, con una puesta “gigante” coloreando la paleta de sentimientos, que tuvieron los componentes de una familia, que vivieron desgarrados interiormente en la banquina de la vida y con postergaciones mundanas y espirituales varias. Todo ello fue sacado de la propia raíz de sus emociones que, como un vía-crucis del propio autor, describió el transito su vida con una honestidad apabullante.

Villanueva Cosse esta a la altura de tal reto consiguiendo que todo el engranaje de forma “simple”  gire a la perfección: el propio conflicto en el cuerpo de los actores y el vínculo entre ellos, la ingeniería técnica indispensable para los cambios de climas, la iluminación (Gabriel Caputo) con su penumbras magistralmente logradas mostró los “acantilados-llanuras-depresiones” emocionales de los personajes, el texto además le dio dinamismo a los diálogos pero al mismo tiempo cada personaje tiene su logrado momento de parlamento individual exorcizándose de sus penares.

Una relevante consecución que hace brillar aun la obra es el esplendido diseño de sonido (Iván Grigóriev y Marcelo Manente), quienes sonorizaron el afuera de la casa dando continuidad a esa inmensa casona de campo. Así lograron darle grandeza al lugar, potenciando la fuerza poética que tiene ese ámbito para los cuatro protagonistas. Allí se animaban a decirse lo irrepetible y también a profesarse el amor que se tenían.  El sobrio vestuario (Daniela Taiana) se destaca solidamente "vistiendo" a los personajes con elegancia y distinción brindándoles el marco acorde a su status social y el "porte" con que se sienten en sus vidas.

James Tyrone (Daniel Fanego) les espeta siempre la vigencia y el porque de ello, de un tal Shakespeare quien resulta “conveniente” ejemplificarlo en cuerpo y alma. Su esposa Mary (Claudia Lapacó) ha desistido en sus sueños por estar junto a su amado y al igual que sus hijos su vida es una sombra de lo que pretendió ser. Edmund (Sergio Surraco) y su talento para la poesía tiene tanta fuerza como la enfermedad acuciante que lo rodea. Jimmy ( Agustin Rittano) pretende seguir muy disgusto el camino artístico, pero el alcohol siempre termina por ganarla la partida. El espeso clima que los bordea es oxigenado con punzantes y vivaces comentarios de la criada (Gimena Riestra).

Las actuaciones en todos los casos son soberbias. Fanego y Lapaco son el núcleo de esta vivificante creación dando una lección actoral, componiendo a dos complejos personajes de una manera apabullante. Lo hacen ingresando en las entrañas y en el alma de ellos. De allí salen iluminados, sumergiendo al publico en un clima tempestuoso, volcánico y trágicamente triste.

Viaje de un largo día hacia la noche de Eugene O´Neill
Traducción y Version:  León Mirlas y  Villanueva Cosse.
Dirección: Villanueva Cosse
Intérpretes: Claudia Lapacó, Daniel Fanego, Sergio Surraco, Agustín Rittano y Gimena Riestra, Los servidores: Miguel Ángel Ludueña y Gastón Palermo
Escenografía e Iluminación: Gabriel Caputo
Diseño de sonido: Iván Grigóriev y Marcelo Manente.
Vestuario: Daniela Taiana
Apuntadora:Tanya Barbieri
Teatro Regio - Avenida Córdoba 6056 -Jueves a Sabado 20:30 hs . Domingo 19 hs.

 


 

 

 

 

 

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