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Críticas de cine

Insomnio de amor: Vínculos Líquidos

Por Hugo Manu Correa
Luego del éxito del Festival del Amor en el Centro Cultural de la Cooperación, se presentará en La Clac “Insomnio de Amor” de Tatiana D’Agate. Sera una única función este viernes 18 hs de 21.30 hs

Encuentros y desencuentros. Ilusiones y desencantos. Fantasías de colores raudamente desojadas.  Ilusiones rotas y fragmentadas por un sueño que se desvanece. Juan y María (Carla Maieli y Damián Valgiosti)  son dos jóvenes que están en la flor de su juventud. Cada mirar que se proyectan en la urbe que los cobija,  es un escarceo de ese nuevo y fugaz encuentro que tiene el vaivén de la continuidad,  tanto como el desvanecimiento que le prosigue a una nueva decepción que esto les provoca.

Tatiana D’agate da vida a dos personajes en una precisa y ágil dramaturgia logrando una buena comedia que durante 1 hora permite sonrisas varias y lo entrega en coqueto envase. El conflicto se reduce a un remolino,  que no se aleja de la superficie, ya que los propios encuentros y el deseo trunco que deja como resultante es el núcleo que dispara una y otra vez la acción.

 Las palabras que se profesan los dos jóvenes viajan en un soporte liviano, aunque dando vida a dos personajes clásicamente contemporáneos, divertidos, espontáneos, ingenuamente puros y sin adornos artificiosos que le quiten potencia a sus frescuras. La esperanza está siempre rondándolos, pero no se dan tregua en la espera para que el milagro ocurra.

Tal como acontece con los vínculos contemporáneos en donde la ansiedad no da tiempo, ni soporte para la palabra bella. Solo la profundidad de la impaciencia y de la incredulidad los acicatea ganando la partida. Esto último  es un acierto en el eje emocional que constituye a estos jóvenes que se encuentran en la calle, en un café, en un transporte público o en un lugar de camping.

Ello ocurre en escenas breves, divertidas, creíbles y dinámicas. Una calle peatonal que atraviesa en medio del público le da credibilidad a la reconstrucción espacial. Tanto Juan y María  la hacen propia, y lo orgánico allí se hace evidente permitiendo que “Insomnio de un amor” navegue en aguas tranquilas. En ellas también se sumerge un tercer circunstancial partenaire (Tony Chávez) quien con sus acotadas intervenciones potencia la comedia y le agrega vivacidad a la trama y permite conceptualizar mejor la dinámica que gobierna a los dos personajes.

La dirección trabajó con acierto en los moldes de la construcción emocional de los personajes ya que tienen una patina sin tanto adorno, no hay artificio y la autenticidad es la bandera que los cobija. El transito rápido por cada escena es otro buen logro. Dichas cortas escenas se escabullen raudamente como agua arrojada por doquier. Así viven los días estos jóvenes con esa vida líquida de los días de estos tiempos. Así navegan en busca de que la ilusión se concreta realidad, pero el “Insomnio...” los tiene apresados y  les anuncia que el milagro aun tendrá que esperar.

Título: Insomnio de un amor
Autoría y Dirección: Tatiana D’agate
Intérpretes: Carla Maieli, Damian Valgiosti y Tony Chavez
Sabados 23.30 hs - Teatro LA CLAC - Av. Mayo 1156.
Reservas: 4382 6529


 

La Bambola: Entre la Redención y el Ocaso

bambolaCuando se dan la mano una solida historia, delimitada a su vez por una precisa y brillante dramaturgia, las cuales se apoyan en magistrales actuaciones, ello desemboca  en una obra que nos atrapa en toda su dimension.

Fausto (Julio Ordano) es un hombre que huye de la fama y se refugia en un pequeño pueblo de la pampa argentina. Alli la espera a Fiora (Roxana Randon), viuda de un amigo suyo, quien tiene a su hija Isolda (Barbara Bustamente Pfeiffer), la cual está comprometida con Hans (Gustavo Pardi), gris y erudito peón rural. 
Maria Rosa Pfeiffer y Patricia Suarez lograron su version de "Fausto" de manera notable, sin perder las pócimas "venenosas" que tiene la versión original de la tragedia de este clásico de la literatura universal.  Esta estupenda adaptación fue desprendida de la versión original, de los temas filosóficos, religiosos y misticos sin perder la potencia del relato, conservando la estructura que conduce a esta “nueva”  historia.  Esta moderna versión es llevada como una suerte de thriller de suspenso disputándose en la trama y sub-trama  la conducción de los acontecimientos que bordean a los personajes y que dan vida a la obra.



Fausto tiene fama, un espíritu inquieto y una mente brillante, pero su alma tiene sombras y grietas. Así encuentra en la tranquilidad de la pampa gringa, un refugio para somatizar su penar. Fiora lo venera aunque lo observa cuidadosamente, como advirtiendo que el hombre algo esconde (acaso tanto como ella). Allí radica el nucleo del conflicto que tanto en el texto como en las actuaciones logra ver magistralmente. 

Isolda, la Bámbola tal como la llama su madre, posee candidez y brillo propio, pero sus deseos de transcender están amarrados a una madre que “monitorea” su vida. Fausto encuentra en "La Bámbola" la llave de su redención, y ella ve en Fausto un barco que la conduzca a la realización de sus sueños. Estalla así el sorprendente conflicto mortal (y moral), visceral e implacable, poniendo al descubierto las luces y sombras de todos los personajes. 

La puesta recreó impecablemente el caserón donde transcurre esta historia, potenciando la credibilidad espacial y poetica del lugar. Dicho espacio tiene una fuerte impronta y permite que en su geometría espacial  se construyan "distintos lugares" a través del contraste de luces y de la precisa dirección ( Ferfando Ferrer ) que hace transitar a todos los personajes. Eso se advierte en cada escena,  donde el exiguo lugar queda disimulado por la "ganancia" que se logra en los distintos ambitos que se "construyen". Así la obra nos ahoga y al mismo tiempo tiene el "aire" necesario para mostrar el vigor de los personajes en sus estructuras dramáticas. 

Las inflexiones y la extranjerización de las voces de Fausto (Julio Ordano) y Fiora (Roxana Randon) son brillantes, los cuerpos están gobernados por emociones que los desbordan y los vínculos adquieren constantemente una fuerte sinergia ante el “rebote”  energético que cada uno recibe del otro. La historia es cautivante. El guión es soberbio. Las actuaciones son notables. Tres razones para decir que "La Bámbola" es una creación artística sensible y cautivante

 



(x) "la bámbola" obtuvo el primer premio en el 9º concurso nacional de obras de teatro organizado por el Instituto Nacional del Teatro en el año 2007


Título: La Bámbola
Autores
: Maria Rosa Pfeiffer, Patricia Suárez
Dirección: Fernando Ferrer
Asistente de dirección: Gastón Maziéres
Intérpretes: Bárbara Bustamante Pfeiffer, Julio Ordano, Gustavo Pardi, Roxana Randón
Escenografía: Fabio Fusca
Iluminación: Fernando Dopazo
Vestuario: Debora Andrijauskas
Música original y diseño de sonido: Edgar Ferrer
Prensa: Martín Paladino
Espacio Abierto, Pasaje Carabelas 255, 4328-1903
Viernes 21:00 hs., $40

Brooklyn's Finest

Emociones Conflictuadas

 

(*)-. El popular  y ruidoso barrio de Brooklyn  (BK) es el escenario donde se desarrolla íntegramente este drama policial que posee un rompecabezas de acción, corrupción interna, implícitamente vincula a la política domestica y fundamentalmente (núcleo del film) explicita los demonios que conviven con los tres personajes involucrados.

 


En un relato lineal este sólido guión (Michael C. Martin y Brad Caleb Kane) entrelaza tres historias de policías que no tienen vinculación entre sí (salvo en un única escena-secuencia en donde el destino los "mirara a la cara”), donde la tensión siempre esta pulsando el ambiente, pues los personajes están desbordados y conflictuados por un contexto adverso que los "quiebra" en su interior y los hace transitar un camino áspero, afuera de sus limites éticos.


Antoine Fuqua ("Training Day" - "The Call") compone un estupendo relato con mucho primer plano, apoyado en una brillante fotografía y planos abiertos que muestran "al detalle" lo que significa vivir en BK (a la luz del sol o de la luna) . Las escenas son breves y van cobrando espesor minuto a minuto al describir conflictos internos, acciones varias, y también deja espacio para pequeñas pastillas donde lo social y el "todo vale" están sobrevolando el ambiente a cada instante.


En este "rubro" los jefes policiales harán lo que sea para lograr sus propósitos, y ello incluye destruir a su gente (“Al diablo con tu ética" dirá uno de ellos). También lo hacen con la propia raza negra (eje espacial del film), quienes son ninguneados constantemente y a la vez carne de cañón en esta historia, y no lucen distraídos ante ello: "no valemos nada, les pagan mas a nuestras familias si estamos muertos que si estamos vivos".

También los blancos y los policías conllevan estos padecimientos. Los tres personajes,  eje de "Brooklyn's  Finest", están entre ese mundo de la calle y la burocracia de escritorio que predispone la corrupción, llevando a que no se distinga en algunos momentos quien es quien en este mosaico.


"No te metas en estos problemas, luego de estar 20 años como policía verás que todo seguirá igual", dirá Eddie Dugan (Richard Gere). A Eddie le quedan 7 días para retirarse y solo se limita a enseñarles el trabajo a novatos. Su fracasado matrimonio le hará tener una relación "ligera": filosofía que articula su vida.


"Siempre me dices que me ascenderás de puesto y eso no ocurre...estoy metido hasta el cuello en esto", remarca Tango (Don Cheadle) a su superior. Tango se metió dentro (y de lleno)  en una banda pesada de prostitución y droga transformándose en el mejor amigo del capo (Wesley Snipes)  de esta red. Los dilemas éticos serán pisoteados por sus superiores y Tango tendrá que tomar una dedición urgente, estando de un lado o del otro del mostrador.


"Haría cualquier cosa por mis hijos. Siento que les falle, pero como policía y con 5 hijos tengo que hacer esto", vocifera Sal (Ethan Hawke) a su compañero de policía, quien le dice que eso no es un problema, es una bendición.  Pero poco servirá este speech para sacarlo a Sal del oscuro espiral en el cual se ha metido.


Lo brillante del film, que adquiere por momentos un semblante muy oscuro, es que logra plasmar con maestría el mundo diabólico que conviven en lo emocional y psicológico dentro de la policía de Brooklyn,  quienes ven sus vidas interiores y familiares destruidas.


Antonie Fuqua sin ser original mantiene siempre el voltaje alto y para ello es imprescindible el brillante montaje que da lugar a una trama y sub-trama robusta y desmalezada, teniendo un "aire" de "Traffic", de "Training Day" (también con notable Ethan Hawke)  y de la brillante"Internal Affairs" (consagrada actuación de Richard Gere en los años 90), siendo este recurso indispensable en la construcción de los personajes que lucen conflictuados en cada plano-escena-secuencia.

(*)-. Crítica de Hugo Correa


Título: Los amos de Brooklyn

Drama - Acción-USA, 140 min., 2009
Dirección: Antoine Fuqua 
Guión: Michael C. Martin, Brad Caleb Cane 
Intérpretes: Richard Gere, Don Cheadle, Ethan Hawke, Wesley Snipes, Will Patton, Lili Taylor, Brian F. O'Byrne, Shannon Kane, Ellen Barkin   
Fotografía: Patrick Murguia 
Montaje: Barbara Tulliver 
Música: Marcelos Zavras 
Producción: Basil Iwanyk, John Langley, Elie Cohn, John Thompson

 

 

Synecdoche New York

Fragmentos Desconectados

 

(*)-. Es sabido que ni bien un espectador se sienta frente a la pantalla esta siendo manipulado por el “ojo” de quien dirige lo “que vemos”. En este primer trabajo con la ropa de director, Charlie Kaufman plantea desde el primer cuadro (y hasta el último) un abanico de temas fuertes, en un personaje complejo y conflictuado, con tantas bifurcaciones como le fue posible en sus tramas y sub-tramas que lleva a que el espectador se sienta incómodo, (hasta molesto por momentos), y es que nunca lo deja “respirar” o transitar relajadamente lo que esta siendo visto.


"Synectoque, New York"  expone tres escenarios en los cuales discurre su trama y todos vinculados fuertemente entre sí: la familia, el hogar y los vínculos hombre-mujer (en todos los roles sociales). Caden Cotard (brillante Philip Seymour Hoffman), es un director de teatro, quien se encuentra en plena crisis en casi todos los aspectos de su vida: su mujer se ha ido a Berlín con su hija y la posibilidad de una relación con una nueva mujer se ha esfumado antes de empezar. Su sensual psicóloga esta más interesada en el marketing de su libro que en la salud mental de su paciente. Cotard decide entonces poner en escena su día a día con actores que encarnan tanto a él como a sus allegados.

"Synectoque, New York", es desde su génesis un juego de palabras que significa el todo sintetizado en una parte o bien esa parte como un todo. C.K., parte desde allí y se apoya en el brillante trabajo de Philip Seymor Hoffman para “romperlo” actoralmente en muchas partes en su interior: en lo psicológico, social, y familiar.

El universo de Caden ira desmembrándose poco a poco y su vida será una sucesión de pequeñas y grandes tragedias. Una beca que recibe le hace subir la apuesta y decide invertir todo el dinero en interpretar su propia vida (y la de quienes lo rodean) a través de su creación teatral. La  gran obra de su vida.

La ciudad de New York en tamaño real será representada al igual que su propia vida por otro personaje que será como el reverso de su negativo y le mostrará su verdadera personalidad mejor de lo que hubiera imagino. Asi su nueva compañera sentimental y los demás personajes (y personas) serán testigos de “nuevas” situaciones de sus propias vidas que estában “ocultas” y que saltarán a la superficie.

"Estoy interesado en la noción de cómo construimos el mundo" declaro Kaufman como disparador filosófico en los tópicos que aborda en esta creación. Además agregó "pero al hacerlo creamos un tipo de ficción. Hay una desconexión debido a ello, lo que nos impide disfrutar el mundo de una manera inmediata”, redondeó para comprimir allí el nucleo de este su primer trabajo en el que conjuntamente creó y dirigió.

Podría inferirse que el creador de “Adaptación”, “Confesiones de una Mente Peligrosa”, y “Being Jonh Malkovich” entre otros grandes films, planteó la “desconexión” que nos atraviesa entre los que “están” en el mundo “ordinario” y de allí no salen, y los que se “imaginan” un mundo mejor (u otro distinto al menos), pero la propia ficción los desconecta de los otros (y de sí mismos).

El salto al vacio que pega "Synecdoche, New York" tiene su punto débil en que para lograr su propósito Ck se valió de un personaje notablemente creado por Hoffman, pero su carectización lo obligó a ser un trapecista dando vueltas en el aire (y allí queda en muchos pasajes) para justificar las “ideas brillantes” del ahora director cuando dicho propósito ya había sido logrado. Eso se vio reflejado en un relato excesivamente fragmentado que es donde debe "subirse" el personaje de Hoffman quedando estereotipado en su transito, para justificar asi la edición de "reloj" y el montaje constante. Esto es por lo tanto un artificio más de la "muñeca" de Kaufman, que lo que requería el propio artificio que dispara el conflicto. Sintetizando: El film va adquiriendo cada vez mas espesor en las capas de conflictos, pero llega a una frontera difusa donde pareciera que el film está al servicio de la inteligencia de Kaufman, cuando debería ser en sentido inverso.

Hoffman esta prácticamente en todas las escenas, las cuales logran su equilibrio entre primeros planos, planos medios y planos abiertos logrando así un tono que le da aire al film, teniendo en cuenta que los conflictos no darán tregua en ningún momento.

Un tema de candente actualidad ingeniosamente planteado (con las salvedades apuntadas), actuaciones brillantes y una buena dirección, hacen de "Synecdoche, New York" un muy buen film, aunque conviene advertir que podría no ser una película para aquellos que quieren solo “entretenerse”. 

(*)-. Crítica de Hugo Correa

Título: Synecdoche, New York.

Comedia dramática, USA, 124 min., 2008.
Dirección y guión: Charlie Kaufman.
Intérpretes: Philip Seymour Hoffman (Caden Cotard), Samantha Morton (Hazel), Michelle Williams (Claire Keen), Catherine Keener (Adele Lack), Emily Watson (Tammy), Dianne Wiest (Ellen Bascomb), Jennifer Jason Leigh (Maria), Hope Davis (Madeleine Gravis).
Fotografía: Fred Elmes.
Montaje: Robert Frazen.
Música: John Brion.
Producción: Anthony Bregman, Spike Jonze, Charlie Kaufman y Sidney Kimmel.

 

 

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